Londres. La justicia británica rechazó ayer, víspera del primer vuelo previsto, dos recursos urgentes contra el controvertido plan del gobierno de Boris Johnson de enviar a Ruanda a los migrantes y solicitantes de asilo llegados irregularmente al Reino Unido.

Un avión debe trasladar hoy a ese país africano, situado a 7 mil kilómetros de Londres y con un preocupante balance en materia de derechos humanos, a los primeros ocho expulsados en el marco de este plan ideado para desalentar las incesantes llegadas de inmigrantes sin papeles al país.

Tras una primera aprobación el viernes por parte de los Reales Tribunales de Londres al plan, un sindicato de agentes de inmigración y las organizaciones civiles Care4Calais y Detention Action –junto a varios demandantes de asilo– intentaron ayer un segundo recurso de última hora contra lo que consideran una “política ilegal”.

Otra agrupación de ayuda a los refugiados, Asylum Aid, presentó también su propia acción en justicia; sin embargo, tal como sucedió el viernes, el tribunal volvió a de-sestimar sus argumentos, dando luz verde al Ejecutivo.

Casi en paralelo, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, condenó enérgicamente el proyecto. “Este acuerdo no es correcto en absoluto por muchas razones”, denunció en rueda de prensa.

Pese a la aprobación general del plan por la justicia, la promoción de recursos individuales caso por caso sí logró reducir la escala de la medida.

De los 31 candidatos a la expulsión registrados la semana pasada –incluidos sirios, iraníes, iraquíes, egipcios y afganos que huyeron de los talibanes–, “a 23 personas les cancelaron sus boletos a Ruanda y ocho aún deben partir mañana”, tuiteó Care4Calais.

El gobierno británico negoció este plan hace unos meses con Ruanda, que ya tiene listo un hotel para alojar a unos 100 migrantes.

Sus autoridades deben recibir en un primer momento 120 millones de libras (157 millones de dólares) para acogerlos y “ofrecer una vía legal para la residencia” a fin de que puedan “establecerse de forma permanente, si así lo desean en la nación anfitriona”, según el canciller del país africano, Vincent Biruta.

El objetivo de Londres es desa-lentar los cruces de migrantes desde las costas francesas.

En lo que va de año, más de 10 mil personas llegaron sin papeles al país cruzando el Canal de la Mancha en precarias embarcaciones, una de las rutas marítimas más transitadas el mundo.

Las organizaciones no gubernamentales temen especialmente por los demandantes de asilo de diversidad sexual, después de que el propio Ministerio del Interior británico admitió sus “preocupaciones” sobre el trato reservado a las minorías LGBT en ese país africano sin aportar salvaguardas de derechos humanos.