En campaña se comprometió que en tres años se construiría y entraría en operación, y dicho y hecho: el próximo primero de julio el presidente López Obrador cortará el listón inaugural de la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco (en cuyo proceso de organización, edificación y final feliz es de destacar la decidida participación de la secretaria de Energía, Rocío Nahle), que se suma al Sistema Nacional de Refinación con un objetivo muy claro: la autosuficiencia energética.
En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador detalló que en la rehabilitación de las seis refinerías existentes, el gobierno federal ha invertido 37 mil millones de pesos, con el consecuente incremento de la capacidad de procesamiento de gasolinas y otros carburantes. De acuerdo con las estimaciones oficiales, la incorporación de la “hermana número siete”, más la adquisición de Deer Park, permitirá alcanzar la autosuficiencia en esta materia y dejar atrás la importación de combustibles, la cual durante el régimen neoliberal creció como la espuma, con la consecuente sangría para las finanzas nacionales.
El propio mandatario ha estimado que sería en 2023 cuando México retome la autosuficiencia en gasolina y diésel, con el consecuente fortalecimiento de la soberanía energética nacional. Al mismo tiempo, según se ha comentado en este espacio, sería la primera vez desde 1990 (cuando Carlos Salinas de Gortari dio el banderazo inaugural de la creciente importación de combustibles) que nuestro país registre autosuficiencia en dicho renglón.
López Obrador detalló: “vamos a inaugurar una primera etapa, también lo adelanto; va a iniciar un proceso de prueba en la refinería de Dos Bocas, como inició un periodo de pruebas cuando hicieron la última refinería que fue en Salina Cruz hace un poco más de 40 años; la iniciaron y llevó como seis meses, ocho meses para que empezara a producir de manera óptima, pero nosotros vamos a iniciar un proceso el día uno de julio de 2022, que va a llevar posiblemente seis meses, para que ya tengamos capacidad para procesar 340 mil barriles diarios” (sólo en esa refinería).
El propósito, dijo el mandatario, “es no comprar las gasolinas en el extranjero. La lección, esto para los jóvenes, es que se logre la autosuficiencia energética y la autosuficiencia alimentaria, producir en México lo que consumimos, eso nos protege. Tenemos que ser autosuficientes. Entonces, el plan es terminar la coquizadora de Tula para finales del año próximo y esta semana resolvemos ya el inicio de la construcción de otra coquizadora en Salina Cruz para procesar combustóleo y producir gasolinas, porque la gasolina tiene más precio que el combustóleo. Pero no sólo eso, se deja de contaminar con el combustóleo y se exprime más el crudo y se obtienen más gasolinas, para lograr el objetivo de la autosuficiencia, que ese es el propósito principal”.
En ocasiones anterior, López Obrador explicó que cuando llegó al gobierno, “de las seis refinerías sólo dos estaban funcionando y cuatro estaban paradas, es decir, estaban procesando 30 por ciento del petróleo crudo; ahora las tenemos al 70 por ciento y van a seguir aumentando en su capacidad, porque continúa el programa de modernización”. Además, Deer Park opera a 85 por ciento de su capacidad”.
Es necesario remarcar, como se ha hecho en este espacio, que de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Energía, en enero de 1990 por primera vez México importó gasolina: 16 mil barriles por día, volumen que al finalizar el sexenio salinista creció hasta 39 mil barriles (cerca de 145 por ciento de aumento). En el caso del diésel, su adquisición foránea comenzó en diciembre de 1995, con Ernesto Zedillo en Los Pinos: alrededor de 13 mil barriles por día, justo cuando la importación de gasolina había crecido a cerca de 85 mil barriles (volumen 2.2 veces mayor al legado por Carlos Salinas de Gortari).
Cuando Vicente Fox se instaló en Los Pinos, México ya importaba 107 mil barriles diarios de gasolina y 30 mil de diésel; con Borolas en la entonces residencia oficial, el volumen creció a 530 mil barriles de gasolina y 199 mil la de diésel; Peña Nieto llevó esas cifras a 615 mil y 262 mil, respectivamente.
Esas proporciones se reducen permanentemente hasta alcanzar la autosuficiencia.
Las rebanadas del pastel
Alito Moreno está como el clásico beisbolero: se va, se va, se fue a la chingada… Mientras, Iberdrola se da vuelo con sus jueces a modo, quienes, sin más, le otorgan amparos a la velocidad de la luz, siempre en contra del interés nacional.