Estaban todos los que son, aunque no todos los que quieren.
El mitin del domingo pasado en Toluca tuvo dos fines: iniciar una de las campañas más importantes rumbo al 24, y poner en claro que no importa cuántos busquen la candidatura para la Presidencia. Sólo quienes subieron al templete figurarán en la encuesta final.
Ah, y también marcar el inicio de la contienda interna en el estado de México.
Pero lo importante fue lo otro: el anuncio de que con reglas claras, para dentro de un año, más o menos, se sabrá quiénes buscarán la Presidencia de la República por parte de Morena, aunque a decir verdad cualquiera con un poco de inteligencia tendrá más que claro que Claudia, Marcelo y Adán Augusto ya les llevan un trecho recorrido, y será muy difícil alcanzarlos.
Eso no quiere decir, ni de broma, que algún loco, o algún provocador, se meta en la primera lista de los que quieren. Y es que se necesita estar fuera de los cabales para pensar que entre la militancia de Morena puede haber otro nombre más allá de los que se han dado a conocer, y tampoco descartar que alguno se meta a la lista para que cuando se le eche a un lado grite y vocifere en contra de las encuestas y de las formas que se ha dado ese partido para sus contiendas internas.
Uno de esos provocadores tiene nombre y apellido, sus iniciales son Ricardo Monreal. Para ese señor la lista de aspirantes, a la que se meterá con toda seguridad, será la mejor tribuna para hablar de las injusticias y las trampas que según él se darán en la contienda morenista.
Por eso Monreal, como algún otro, aprovechará para tratar de dañar el proceso, que sí tiene debilidades, pero es el que mejor se adapta a las necesidades del partido político, a decir de la militancia.
Para algunos morenistas el método de la encuesta es infalible, y además justo. Entienden que la buena popularidad sin, o con pocos, negativos habrá de arrojar votos a favor, y suponen que es justa porque los puntos positivos de quienes pretenden, reflejan buenas acciones de gobierno.
Lo que no sabemos es qué tanto se considerarán los programas de gobierno, que si bien no deberían diferir demasiado del proyecto actual, seguramente deberán considerar las formas de aplicar y el método personal de gobernar de quienes aspiran.
Para que eso sea cierto, una de las condicionantes, tal vez la más importante, será ganarle al PRI el estado de México; por eso la presencia de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López –la y los que estarán en la encuesta final– resultó tan importante.
Así pues, a partir de ya el estado de México tendrá sobre sí un par de campañas: la que llevará a conocer quién es el candidato de Morena, y la que busca poner en consideración de sus habitantes la personalidad y el trabajo de quienes pisaron el templete del mitin del domingo pasado.
Por lo pronto, y frente a los planes anunciados por Mario Delgado, Morena habrá de renovar cuadros antes de que termine el año, y en esa renovación, aunque no nos lo han dicho, también podría entrar la presidencia del partido.
Quién va a sustituir a Delgado. Hasta el momento no se ve claro el horizonte, y aunque es muy temprano, ya se va haciendo tarde. Cosa de medir bien el tiempo.
De pasadita
Hoy sabemos, por datos oficiales, del peligro que representan las motocicletas en el asfalto de la ciudad. Son, hasta el momento, vehículos que no obedecen ningún ordenamiento de tránsito, y están convertidas en un serio problema para todos.
No podemos esperar a que el remedio venga desde la Secretaría de Movilidad, de ahí no salen más que nuevos trazos para permitir la libre circulación de bicicletas, así que no hay pa’ cuando. Ni modo.