Vista aérea de la ciudadela de Qalaat Yaabar en el embalse del lago Assad, de Siria, ubicada a 50 km de la ciudad de Raqa, antes capital de facto del autoproclamado califa del Estado Islámico, y desde donde los yihadistas lanzaban sus ataques. Foto Afp / Delil Souleiman
Un visitante toma una fotografía, con ayuda de su celular, de las ruinas de la ciudadela. En 2017, guerrilleros kurdos respaldados por Estados Unidos recuperaron la fortaleza de los yihadistas, quienes mandaron en esa zona desde 2014. Foto Afp / Dalil Souleiman
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La torre de vigilancia en Qalaat Yaabar. Foto Afp / Dalil Souleiman
Un grupo de personas posa en las ruinas de la ciudadela. Hace años, a los residentes se les prohibió visitar la zona porque era un área militar, dijo uno de los residentes de la zona. Foto Afp / Dalil Souleiman
Un grupo de personas nadan en las aguas del embalse del lago Assad de Siria. Una estrecha carretera conecta la orilla con la fortaleza, que cuenta con 35 puentes y una mezquita. Antes albergaba un museo con decenas de objetos, pero este fue saqueado por el Estado Islámico. Foto Afp / Dalil Souleiman
El Estado Islámico cavó trincheras en las afueras del castillo que utilizaban "para formar a niños soldados", contó un habitante de Raqa, quien pidió utilizar un seudónimo por razones de seguridad. Foto Afp / Dalil Souleiman
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Algunos barcos que navegan frente a la costa de Qalaat Yaabar han ayudado a convertir la ciudadela en un destino popular para las familias. Foto Afp / Dalil Souleiman
Un hombre se sienta junto a la ventana en la parte superior de una torre de vigilancia en las ruinas de Qalaat Yaabar. La ciudadela, que dominaba la mayor prisión en Siria del Estado Islámico, era un lugar estratégico para vigilar los movimientos alrededor del centro de detención que ese grupo controlaba en la época. Foto Afp / Delil Souleiman
