Ginebra. La directora de la Organización Mundial del Comercio pronosticó un camino difícil por delante en momentos en que el mundo encara problemas como la pandemia, la escasez de alimentos y el agotamiento de recursos pesqueros.
La directora Ngozi Okonjo-Iweala habló al iniciar la conferencia de la OMC, su reunión de más alto nivel en cuatro años y medio.
En momentos en que algunos cuestionan la relevancia de la OMC, Okonjo-Iweala expresó esperanzas de que la conferencia –con la asistencia de más de 120 ministros de los 164 países miembros– logre avances en cuanto a la reducción de las desigualdades y el fomento de un comercio libre y justo.
Okonjo-Iweala reconoció que el organismo basado en Ginebra necesita reformas.
“El camino será accidentado y turbulento. Habrá minas en el camino”, declaró Okonjo-Iweala a reporteros ante de la inauguración del evento.
“Tendremos que navegar esas minas y ver cómo podemos cumplir con uno o dos objetivos”, añadió.
Insistió en que el comercio mundial ha sacado de la pobreza a mil millones de personas, pero admitió que los países pobres –y las personas pobres en países ricos– suelen quedar rezagados.
Apuntó a la escasez de alimentos provocada por la invasión rusa de Ucrania, donde el bloqueo de puertos ha impedido la exportación de entre 22 millones y 25 millones de toneladas de granos.
Los ministros participantes debatirán el levantamiento de restricciones a las exportaciones de alimentos a fin de aliviar la presión sobre países que sufren una carencia de trigo, fertilizante y otros productos. También debatirán un mayor apoyo al Programa Mundial de Alimentos de la ONU para que pueda dar más alimentos a países necesitados.