Ciudad de México. Como consecuencia de una mayor inflación en el mundo –que también afecta a México–, las empresas y los establecimientos de preparación de alimentos y bebidas han comenzado a reducir las porciones de los productos que ofrecen, esto con la finalidad de hacer más asequible, los bienes de consumo primario, a la población que ha visto mermado su poder adquisitivo.
La reduflación, como se le conoce al fenómeno en el que se reduce el tamaño o cantidad de las mercancías, “si está pasando” dijo en entrevista Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
“El problema de la inflación nos afecta a todos, la industria tiene claro que no puede trasladar estos costos al comensal, los restauranteros están usando la creatividad y están viendo la forma de cambiar sus menús para contener el alza y ser más ingeniosos en el tema de precios”, dijo Daniela Mijares, presidenta ejecutiva de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), en días recientes.
José Abugaber Andonie, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) comentó a La Jornada que “los niveles de inflación que estamos viviendo, aún no nos llevan a tomar decisiones como esa”. Sin embargo, no descartó que se pueda recurrir a la reduflación como “una alternativa de prevención”.
“Normalmente, cuando hay entornos de crisis o entornos de empobrecimiento de la población es cuando las empresas empiezan a empaquetar las presentaciones de menor tamaño”, dijo Sofía Ramírez, directora de México cómo vamos.
De mayor a menor
“La corriente reduccionista tiene que ver con la caída del poder adquisitivo de la gente”, dijo el presidente de la Anpec.
Rivera explicó que la reduflación surge después de que las compañías comenzaron a presentar y robustecer su portafolio de productos con presentaciones más pequeñas, bajo argumentos de salud como la NOM-051, pero también relacionado con temas económicos.
Agregó que muchos consumidores no alcanzaban a comprar las presentaciones regulares y las empresas crearon otras presentaciones a precios más asequibles, “menos cantidad, menor precio”, fenómeno contrario a lo ocurrido hace más de dos décadas cuando crearon presentaciones mega o familiares.
“No todo lo que brilla es oro, si bien podemos decir que en la era de lo mega y de lo grande el consumidor obtenía una ventaja de tener más producto por menor precio, en el caso de la reduflación no es exacto, porque se está presentando el fenómeno contrario que son la presentaciones chiquitas o reducidas, salen más caras que si las compras de manera regular.”
En un recorrido por tiendas de autoservicio se constató la existencia de presentaciones con menor proporción, aunque dicho fenómeno es más recurrente en zonas populares como Tlatelolco, que en otras como Del Valle.
Uno de los casos más visibles es el cereal Carlos V de Nestlé, línea que tiene una presentación de 590 gramos y otra de 300 gramos. Los cereales Cheerios sabor miel o manzana canela tienen versiones de 230 gramos y 480 gramos.
Otro caso es el aceite comestible Aurrera, el cual cuenta con una presentación de 800 mililitros y otra de 450 mililitros.
Reducciones visibles
Esta situación no pasa inadvertida para la población. Martha Dávila, quien es ama de casa, comentó que “los jabones de baño eran de 200 (gramos), ahora son de 100 y 120”, mientras en “los aceites, igual, eran de 900 y 800 (mililitros)”.
“Me causan inquietud las presentaciones de 750 mililitros o 900 gramos, que cuestan más si compras dos de esos productos que uno de dos litros o dos kilos”, comentó Fátima Martínez, quien señaló que el negocio donde compra comida preparada también comienza a reducir sus porciones.
“Aunque gracias a Dios sigo comprando las mismas presentaciones, sí he visto envases más pequeños, hasta en las galletas”, dijo Érika Pérez.
Sólo es el principio
“Por el momento, estamos confiando y actuando para que el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) ayude a contener los niveles de inflación en beneficio de las familias más afectadas y no tengamos que recurrir a estas alternativas”, dijo Abugaber, quien señaló que no existe información de que las empresas están recurriendo a este tipo de acciones.
Rivera advirtió: “Estamos viviendo una etapa previa al desabasto, la escasez, el mercado empieza a tener menos energía, porque no tenemos la suficiente mercancía”.
Subrayó que comienza a ser visible en algunos productos y zonas, como el agua embotellada, los aceites comestibles, los lácteos, entre otros.