Ginebra. La reducción de las exportaciones de trigo y otros alimentos de Ucrania y Rusia genera el riesgo de dejar a entre 11 millones y 19 millones de personas más con hambre crónica durante el próximo año, informó ayer la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los dos países representan casi un tercio de los suministros mundiales de trigo, mientras Rusia también es un exportador clave de fertilizantes y Ucrania es un importante proveedor de maíz y aceite de girasol, por lo que el conflicto en el país invadido ha empeorado una crisis alimentaria mundial, con aumentos en los precios de los granos, aceites comestibles, combustibles y fertilizantes.
Boubaker BenBelhassen, director de la División de Mercados y Comercio de la FAO, dijo que entre 11 millones y 19 millones de personas corren el riesgo de caer en hambruna este año y el próximo como consecuencia de la guerra. Esta estimación preliminar se basó en la reducción de las exportaciones de productos alimenticios de Ucrania y Rusia, dijo a los periodistas.
“Los países más afectados están en la región del Cercano Oriente/África del Norte, dada la fuerte dependencia de las importaciones en estas naciones, especialmente de trigo, pero también de aceite vegetal, aceite de girasol”, indicó. Algunos países del África subsahariana y de Asia, como Bangladesh e Indonesia, también estaban siendo “muy afectados”, agregó.
El comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, indicó que, “según información de Ucrania, la exportación de granos está aumentando gradualmente y se acerca a los 2 millones de toneladas por mes”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ofreció ayer ayuda para desbloquear el tránsito marítimo del puerto ucranio de Odesa, en declaraciones al diario Le Monde.
“Estamos a disposición de las partes para que se ponga en marcha un operativo que permita el acceso al puerto de Odesa con total seguridad, es decir, permitir el paso de barcos a pesar de que el mar está minado”, afirmó.