Boston. Con 43 puntos de un titánico Stephen Curry, los Golden State Warriors derrotaron 107-97 a los Boston Celtics en el TD Garden y empataron 2-2 la serie final de la NBA.
Tan sólo 48 horas después de terminar lesionado en el tercer partido, Curry cargó con el peso de unos Warriors que reaccionaron y evitaron sufrir una desventaja de 3-1, la cual sólo los Cleveland Cavaliers han remontado en la historia de las finales (2016).
Andrew Wiggins acompañó la gran noche de Curry con 17 puntos y 16 rebotes, convirtiéndose en el segundo motor en el ataque; Klay Thompson, lejos de su mejor nivel, aportó 18 unidades, dos rebotes y una sola asistencia, suficientes para resistir los embates de Boston.
“Probablemente sea la mejor actuación que haya visto de Steph en unas finales. Su juego fue increíble”, resaltó Thompson.
Esperanzas de Celtics, Jayson Tatum cerró con 23 puntos, 11 rebotes y seis asistencias, y Jaylen Brown se conformó con 21 unidades y seis rebotes, contenido por la defensiva de los Warriors.
Tras dejar escapar esta oportunidad, Boston tratará de recuperarse en el quinto partido que se disputará el lunes en la casa de Golden State. Para no correr riesgos de una remontada, los Celtics están obligados a dar otro golpe en la serie.