Madrid. El costo de las importaciones de alimentos en todo el mundo alcanzará en 2022 una cifra récord de 1.8 billones de dólares, a causa del alza generalizada de los precios que elevará esta factura en unos 51 millones de dólares en términos interanuales, indicó el informe Perspectivas Alimentarias publicado ayer por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que esta semana avisó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de una inminente crisis generalizada.
La Organización de Naciones Unidas ha alertado desde hace meses sobre un aumento generalizado de los precios de alimentos y energía, agudizado por la invasión rusa a Ucrania; y se prevé que la producción mundial de cereales descienda por primera vez en cuatro años.
La FAO señaló: “Lamentablemente, muchos países vulnerables pagarán más, pero recibirán menos comida”, agregó que muchos de ellos ya redujeron sus importaciones de cereales, oleaginosas y carnes, por su incapacidad para cubrir los incrementos de precios, por lo que se prevé se requerirá la intervención del PMA.
El director de la oficina de enlace de la FAO para Rusia, Oleg Kobyakov, dijo que uno de cada 12 habitantes del planeta pasa hambre en el mundo actual. “El hambre es quizás la causa principal de ese círculo vicioso que es la miseria”, señaló Kobyakov durante un debate sobre la crisis alimentaria global organizado en el club Valdai, un grupo de reflexión con sede en Moscú.
En el debate se afirmó que “después de que los países occidentales lanzaron una guerra económica a gran escala, la crisis alimentaria fue inevitable: el cierre del espacio aéreo y los puertos de Europa para los aviones y los buques rusos trae consigo interrupciones en los suministros de productos agrícolas básicos, en primer lugar, del aceite de girasol y granos”.
Ucrania ha enviado 601 mil 115 toneladas de cereales al puerto rumano de Constanza, en el mar Negro, desde la invasión rusa del 24 de febrero, y otras 120 mil 294 toneladas están en camino, informó ayer el puerto.
El grano que ha enviado por barcaza, tren y camión al puerto rumano supone aproximadamente 3 por ciento de los 20 millones de toneladas que necesita desplazar antes de la nueva cosecha que comienza a finales de julio para evitar cuellos de botella y prevenir una crisis alimentaria mundial.
El Kremlin dijo ayer que no se llegó a un acuerdo para vender grano de Ucrania a Turquía pero que se sigue trabajando en una solución. Moscú rechazó acusaciones de Kiev de que le ha robado granos, pero el gobierno estadunidense dice que hay informes creíbles en su contra.