Ciudad de México. Si la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tramo 5 sur del Tren Maya se aprueba en tiempo récord, antes del 20 de junio, como estima el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), se impugnará, ya que una decisión apresurada no cumplirá con los estándares de participación y bajo el principio de precaución, las evaluaciones tendrán que ser exhaustivas, consideró Luis Miguel Cano, abogado de Greenpeace.

Al presentar el análisis de la MIA que Fonatur presentó el 18 de mayo de forma extemporánea sobre el trazo de Playa del Carmen a Tulum, Greenpeace y el Centro para la Diversidad Biológica (CDB) advirtieron que se violaron diversos aspectos como la consulta a por lo menos 90 comunidades.

También se incumple con el artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (Lgeepa), que establece que antes de iniciar desmonte o cualquier actividad de construcción se debe de contar con la MIA regional aprobada y también se viola el artículo 93 la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable que obliga la presentación de estudio técnico justificativo para el cambio de uso de suelo.

Alejandro Olivera del CDB consideró que la MIA presentada ante Semarnat ignora que en la zona está la región marina prioritaria Tulum-Xpuha de 139 hectáreas, sobre la cual no se hace ningún análisis, a pesar de su riqueza en biodiversidad y no se analiza como la afectación de esta región incidirá en los flujos de agua subterráneos.

La MIA omite referirse a los daños que ya se hicieron, donde se estima un daño en una extensión de 30 kilómetros, además de que ahora se prevé extraer en 485 hectáreas la vegetación, señaló. Sostuvo que sólo se preven 3 pasos aéreos para primates y dos pasos para grandes mamíferos en una extensión de 67 kilómetros.

Asimismo, hay una violación a las regulaciones locales ya que, por ejemplo, el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de la Región denominada Corredor Cancún-Tulum, prohíbe el dragado, relleno, excavaciones, ampliación de los cenotes y la remoción de la vegetación y el tramo 5 pasa por al menos tres cenotes y por una región de cuevas de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres.

Por otra parte, la MIA contiene estudios de mecánica de suelos, de hidrología, taxonómicos para pasos de fauna y de permeabilidad. Sin embargo, la descripción de estos estudios no aporta ninguna conclusión respecto a la viabilidad del proyecto en función de los resultados del estudio. Además, no se presenta un análisis de los resultados en el que se explique cómo se afecta o se beneficia al proyecto y al entorno ambiental en el que se pretende construir, indicaron.

Además, las organizaciones advirtieron que se detectaron muchas omisiones e imprecisiones en información que se consideran esenciales para determinar los impactos ambientales que conllevará la construcción del tramo 5 del Tren Maya, ya que hay inconsistencia en el número de especies que se encuentran en alguna categoría de riesgo en la norma 059, que enlista las especies bajo protección especial o en riesgo de extinción.

Tampoco se realizó un muestreo de todas las especies en el área del proyecto, lo que representa una omisión grave porque no permite conocer todas las especies vegetales y animales que se verán directamente afectadas por la remoción de la vegetación, dijo Olivera.

En el estudio de mecánica de suelos, se analiza el riesgo por karsticidad sólo considerando el peligro que representa para el proyecto,pero se hizo para el trazo anterior, por lo que la información presentada no tiene ninguna validez para el actual trazo, señalaron.

Los sistemas kársticos son de particular importancia porque son los responsables de una buena parte de la recarga de las aguas subterráneas en la región maya, otorgan servicios ambientales importantes como reservorios de carbono, biodiversidad superficial, producción agrícola y agua de consumo, dijo Viridiana Lázaro de Greenpeace.