Washington. Miah Cerrillo, de 11 años, sobreviviente de la mataza en la escuela primaria de Uvalde, Texas, describió ayer, en un testimonio realizado en video para el Congreso, cómo se cubrió con la sangre de una compañera muerta para evitar ser baleada y “me quedé quieta”.
Horas después, la Cámara de Representantes aprobó aumentar la edad mínima para la adquisición de armas semiautomáticas con una votación de 228-199.
La medida sancionada es parte de un proyecto que busca una mayor regulación de las armas, y que tiene mínimas posibilidades de convertirse en ley debido a que el Senado lo que quiere es mejorar los programas de salud mental, reforzar la seguridad escolar y perfeccionar las revisiones de antecedentes penales a compradores de armas.
La iniciativa de la cámara baja otorga a los demócratas la oportunidad de dejar en claro a los votantes cuál es su postura en políticas que cuentan con gran apoyo en las encuestas, mientras se acercan las elecciones de noviembre.
Cerrillo, quien cursa cuarto grado en la primaria Robb, dijo que vio cómo una maestra fue baleada en la cabeza.
“Yo pensé que él iba a regresar, así que me cubrí con sangre”. Miah llamó al 911 usando el celular de la maestra muerta y pidió ayuda.
Diecinueve niños y dos maestras murieron a manos de un joven de 18 años que les disparó con un fusil tipo AR-15 dentro de la escuela el 24 de mayo.
En el video, Miguel Cerrillo, padre de Miah, pregunta a su hija si se siente a salvo en la escuela. La menor niega con la cabeza.
Aunque algunos diputados derramaron lágrimas al escuchar a Miah, la audiencia evidenció el duro debate sobre el control de armas que enfrenta el Congreso. Varios republicanos trataron de cambiar la conversación hacia los individuos que abusan de las armas de fuego.