En los años recientes los estudios en torno a la epigenética han ganado popularidad tanto entre especialistas como en la población en general. Factores como nuestro entorno, alimentación, actividad física, pensamientos y emociones influyen y afectan la manera en que nuestro código genético es interpretado y expresado por el cuerpo y, por tanto, se relaciona estrechamente con nuestra salud.
En entrevista, Mónica García Rojas, epidemióloga y homeópata, señala que la epigenética “es como un puente que conecta el código genético que heredamos con los estímulos que recibimos del exterior, pero también del interior: nuestros pensamientos y emociones. Es decir, todos tienen influencia en él. Tienen el poder de activar o desactivar a algunos genes”.
De acuerdo con la experta, los estímulos que afectan cómo se expresa nuestro código genético son diversos. Por eso, además de buscar ampliar su formación sobre epigenética, se ha dado a la tarea de identificar cuáles son los factores que tienen mayor influencia en nosotros. En la parte física están la alimentación, ejercitarse, calidad y cantidad del sueño, así como la contaminación y hasta la sensación de seguridad. En la parte mental, se encuentran los pensamientos y emociones, así como las relaciones que sostenemos con otras personas.
Para García Rojas, el interés por la epigenética proviene de su vocación como epidemióloga y su deseo de aportar algo a la población a través de la prevención, tema que en nuestro país es necesario atender, “porque hacemos una medicina curativa, incluso, yo diría, ni siquiera curativa porque no curamos, sino hacemos una medicina que busca resolver urgencias, paliar el daño hecho, muchas veces en el intento de evitar complicaciones”.
En un país como México, en el que gran parte de la población padece alguna enfermedad crónico degenerativa, como diabetes y obesidad, la conciencia sobre cómo nuestros hábitos afectan a nuestro estilo de vida es necesaria. “Para mí, es como prevenir enfermedades, porque nos vamos a la raíz de problema”, señaló la médica.
Sin embargo, en su labor de divulgación, García Rojas también se ha encontrado con la reticencia de sus pacientes. “Hace falta mucho trabajo para educar, acompañar, entender lo que significa cambiar un hábito”, precisó.
De alguna manera, promover alternativas de consumo ha sido ir contra corriente debido al errado concepto de alimentación saludable que impera en la mayoría de las personas. Como adultos, “es un reto muy grande, porque somos los proveedores de los alimentos de nuestra familia”, apuntó.
Al mismo tiempo, existen muchos malentendidos a la hora de diferenciar entre alimentos reales y productos (reconocibles por venir en una caja, lata u otro paquete). Agrega que hay una idea falsa sobre la buena alimentación, “nos han presentado los alimentos sanos como los no propios ni de la temporada ni de la región. Pensamos que consumir antioxidantes es comer frutos rojos, no nopales”, criticó.
García Rojas también se ha certificado en nutrición y alimentación preventiva, es coach y estudia una maestría. Añade: “Cuando aprendes a interpretar cómo esos estímulos afectan tu código genético puedes elegir qué ingredientes quieres que lleve esa fórmula a tu cuerpo”.
La especialista, originaria de Oaxaca, donde fue directora de promoción de la salud, publicó el libro La vida cotidiana, seis fórmulas para potenciar tu código genético, diseñado como un manual dividido en 10 capítulos. Más que sustituir la orientación y apoyo de un especialista, tiene el objetivo de “que despiertes a ver dónde estás, hacia dónde quieres ir y que busques el acompañamiento de un profesional de la salud si eso es lo que tú quieres”, explicó.
El libro se puede adquirir en librerías y en la página dramonicagarcia.com se puede realizar un test para conocer el estado físico actual de los interesados.