A pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo oficial que el nuevo marco curricular se aplicará en el ciclo escolar 2023-2024, docentes señalaron que en las escuelas “no se ha hecho ningún anuncio oficial ni tampoco se han dado detalles de cómo se organizarán las sesiones de capacitación, que incluso se consideran con alumnos, es decir, cómo atenderemos a los estudiantes al mismo tiempo que se imparte la capacitación sobre los nuevos planes y programas de estudio”.
Directores de primaria insistieron en que “no habrá ninguna transformación educativa, si desde la SEP se insiste en ignorar la voz y las propuestas de los maestros”.
Agregaron que hay desfase entre lo que ocurre en las escuelas, “donde la prioridad es atender los rezagos de aprendizaje de los alumnos, pues hay niños en cuarto, quinto y sexto que no saben leer ni escribir, por lo que los profesores están enfocados en recuperar aprendizajes, y no en la discusión y análisis de los nuevos planes y programas de estudio”, afirmó el maestro Roberto Gómez Jiménez.
Enrique Enríquez, director de la primaria Japón, indicó que la decisión de la SEP de retrasar la puesta en marcha de un nuevo proyecto educativo “es porque no les quedó de otra ante las crecientes críticas y evidencias de que no hubo tal debate ni consenso con el magisterio”.
Pedro Hernández, director de la primaria Centauro del Norte, y dirigente del magisterio disidente en la Ciudad de México, indicó que la SEP no ha entablado diálogo abierto y plural para escuchar las propuesta del magisterio, y optó de nuevo “por imponer un modelo educativo creado desde un escritorio y no desde la realidad de la escuela”.
Profesores enfatizaron que “no se ha dado a conocer ninguna reunión con supervisores o directores para dar a conocer en las escuelas el nuevo modelo pedagógico para educación básica, por lo que no existe tal debate”.
Gómez Jiménez destacó que el calendario para el ciclo 2022-2023 circuló en chats de docentes “semanas antes de que lo hicieran oficial, lo que confirma que en esta administración se optó por separar el trabajo pedagógico frente a grupo de las actividades de descarga administrativa y capacitación, pues nuevamente se consideran 190 días de clases frente a grupo, pero en realidad los maestros laborarán 217 días, es decir, 27 más de lo que marca el calendario”.