Ante las situaciones de violencia contra las mujeres, y en especial los feminicidios, agrupaciones feministas celebraron que la ley Monse, presentada en el Congreso de Veracruz, pueda repetirse en Hidalgo, Jalisco, Morelos, Guerrero, Coahuila y Michoacán, entre otros, pues legisladoras de esas entidades “han mostrado interés” en impulsar esa propuesta en sus congresos.
Aparte, por segunda ocasión en una semana, la saxofonista María Elena Ríos se presentó en Palacio Nacional para tratar de reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de revisar su situación y el proceso legal contra los responsables del intento de feminicidio efectuado con un ataque con ácido.
No obstante, no logró su cometido. Lamentó que no hubiera espacio en la agenda y reprochó que al mandatario “le importen otras cosas menos la vida de las mujeres en México”. En Atención Ciudadana de Presidencia le informaron que López Obrador “no tiene agenda para los ciudadanos”.
En entrevista, comentó que pide la reunión “porque estoy desesperada, siguen protegiendo a mi agresor, pues él no representa solamente al misógino que me quiso matar, sino muchos intereses políticos y económicos en Oaxaca”.
En tanto, las Brujas del Mar y Marea Verde México precisaron que a escala nacional también se están “sumando esfuerzos para impulsar” la ley Monse, y así reformar el artículo 400 del Código Penal federal. En el caso de Veracruz, la iniciativa busca modificar el artículo 345 del Código Penal estatal.
Ambas agrupaciones indicaron que esta propuesta tiene como finalidad eliminar redes de apoyo a feminicidas y criminales, así como castigar penalmente esos apoyos, encubrimientos o ayuda para huir a presuntos agresores. Como fue el caso Marlon “N”, quien es el presunto feminicida de Monserrat Bendimes, y que se considera que recibió apoyo familiar para esquivar la justicia durante varios meses. La semana pasada finalmente se entregó a la justicia.
“La ley Monse busca dejar sin espacio de acción a los responsables de feminicidio para dar justicia a sus víctimas e impedir la repetición” de un crimen como este. “La idea es reducir el número de posibilidades para que un presunto feminicida pueda escapar gracias al apoyo de su familia, amigos o conocidos”.