Un contingente de al menos 3 mil policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana realizaron un fuerte cerco de seguridad en la zona Lagunilla-Tepito la madrugada de ayer para resguardar al personal del Gobierno de la Ciudad de México que liberó el Eje 1 Norte de puestos semifijos que por años impidieron la circulación vehicular.
El retiro de mil 465 estructuras metálicas tuvo lugar en el tramo de Paseo de la Reforma a Anillo de Circunvalación, una extensión de 1.6 kilómetros, donde los vendedores informales habían colocado sus puestos, en ambas aceras, bloqueando los carriles confinados del transporte público.
Incluso, afirmó el secretario de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, los comerciantes ocupaban cuatro de los cinco carriles del Eje 1 Norte y habían dejado sólo uno libre, por lo que el arroyo vehicular estaba copado por el comercio informal.
El desmantelamiento de los puestos empezó en la madrugada con una fuerte presencia policiaca que llamó la atención de los tepiteños desde antes de la medianoche por el cierre que se extendió varias calles de la zona que sería liberada, aunque la acción se emprendió sin que hubiera resistencia alguna.
Alrededor de las 8 horas, en el día que se suspende el comercio en esta zona, trabajadores de las secretarías de Obras y Servicios y de Gobierno concluyeron con las labores de limpieza y el retiro de las estructuras.
No obstante, el cierre de la vialidad se mantuvo prácticamente toda la mañana, y una vez que fue reabierta a la circulación vehicular, continuó la presencia policiaca, aunque con un menor número de elementos.
Los comerciantes manifestaron que no hubo oposición, pero dijeron que no están de acuerdo con el retiro de los puestos. “Se llevaron fierros hasta para aventar pa’rriba, a ver cuánto les dura”, comentó Arturo, comerciante de la zona que miraba hacia la avenida vacía.
Es la segunda ocasión que las autoridades intentan recuperar el Eje 1 Norte; en 2015 también se retiró un número similar de puestos; se hicieron mesas de trabajo y negociaciones, pero conforme pasaron los años una vez más los comerciantes se volvieron a apoderar de la vialidad.
Batres Guadarrama señaló que desde mayo se inició un proceso de diálogo con los líderes de los comerciantes “para notificar la decisión de desocupar el arroyo vehicular”, incluso por escrito.
Como apoyo se les ha brindado información para que se sumen a programas como Jóvenes Unen al Barrio, que otorga becas económicas por hacer trabajo social, y microcréditos que ofrece el Fondo de Desarrollo Social para iniciar algún negocio.