La trasnacional Bayer- Monsanto, que controla una tercera parte del mercado mundial de semillas, actualmente hace una promoción del uso de transgénicos para lograr el abasto de productos básicos como el maíz, pero “lo que hay detrás de esto no es una preocupación genuina por el bienestar del campo mexicano sino sobre sus intereses económicos”, advirtió la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País.
Advirtió que es falso que esta tecnología eleve los rendimientos, ya que estudios científicos publicados en Estados Unidos, “demuestran que los maíces transgénicos no tienen mayores rendimientos que los maíces híbridos, que no se utiliza menos agua para su cultivo y que en cambio sí ocupa mayor cantidad de fertilizantes y lo que es grave, de agrotóxicos como el glifosato a los que el maíz transgénico está asociado”.
En un comunicado indicó que el “modelo agroindustrial que abusa de los agroquímicos y que pone en peligro la biodiversidad, no es sustentable para la naturaleza y tampoco para la salud animal y humana. Es necesario mencionar que los transgénicos se producen principalmente para la alimentación del ganado y agrocombustibles, no fueron diseñados originalmente para el consumo humano directo”.
Sostuvo que las cifras demuestran que la mitad del maíz que produce México se cultiva en condiciones de temporal con semillas nativas, por eso se ha mantenido la amplia cultura alimentaria y diversidad biocultural. “Este es el reservorio genético para la producción de todo el maíz en el mundo y no podemos permitir que se la apropie una empresa, como sucedería con la tecnología de los transgénicos”, agregó.
“El propósito de estas empresas transnacionales es privatizar las semillas y controlar la producción de alimentos y para lograrlo promueven reformas a las leyes, como ocurre ahora con la reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales”, indicó. La autosuficiencia alimentaria no será posible “si dejamos que las empresas trasnacionales sean las dueñas de nuestra producción agrícola y por tanto de nuestra alimentación”.