Moscú. Rusia reiteró ayer la advertencia de que si Occidente proporciona misiles de largo alcance a Ucrania, responderá apoderándose de zonas más amplias de territorio ucranio, y repudió que Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro no hayan autorizado que sobrevolara en su espacio aéreo el avión en el cual viajaba el canciller Serguei Lavrov.
“El presidente ruso, Vladimir Putin, ya ha comentado la situación que surgirá con la llegada de nuevos armamentos y sólo puedo agregar que cuanto más largo sea el alcance de las armas que se suministren, más se alejará la línea desde la que los neonazis puedan amenazar a la Federación Rusa”, afirmó Lavrov durante una teleconferencia de prensa.
Estados Unidos y Gran Bretaña han anunciado que suministrarán a Ucrania lanzacohetes múltiples capaces de atacar objetivos a una distancia hasta de 80 kilómetros. Los sistemas son capaces de disparar misiles de mayor alcance que pueden cruzar 300 kilómetros de distancia, pero Estados Unidos dijo que no suministraría ese tipo de cohetes.
Veto “hostil” al espacio aéreo, acusa Lavrov
Además, Lavrov calificó de “escandaloso” y “hostil” el veto de Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro para permitir el paso de su avión durante un viaje que tenía previsto de dos días a Serbia.
“Si una visita del ministro ruso de Relaciones Exteriores es percibida en Occidente como casi una amenaza planetaria, eso quiere decir que todo va muy mal ahí”, dijo en tono de burla Lavrov.
Indicó que invitó al jefe de la diplomacia serbia a viajar a Moscú lo antes posible. “Nadie podrá destruir nuestras relaciones con Serbia”, destacó.
Moscú amplió su lista de ciudadanos estadunidenses con prohibición de entrar en el país, que ahora incluye, entre otros, a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Por otra parte, la cantidad de cereales para la exportación que está bloqueada en Ucrania a causa de la guerra podría triplicarse en otoño al pasar de 20 a 70 millones de toneladas, denunció el presidente ucranio, Volodymir Zelensky.
Mientras, un tribunal ruso impuso una multa de 20 millones de rublos (unos 300 mil euros) contra la emisora Radio Free Europe, financiada por el gobierno estadunidense, por considerar que ha difundido “información falsa” sobre la guerra de Ucrania.