Lo dicho: el presidente López Obrador no asistirá a la supuesta Cumbre de las Américas (jefes de Estado y de gobierno de todo el continente), porque el gobierno estadunidense se aferró a su política excluyente, de tal suerte que todo apunta a que lejos está de ser una cumbre y menos de las Américas (que en realidad es una), sino otra reunión a modo para que los gringos y sus histéricos grupos de poder no se ofendan. Estados Unidos es el anfitrión, cierto es, pero no el dueño del encuentro.

Desde los primeros escarceos resultó más que previsible que el gobierno estadunidense ni lejanamente estaba dispuesto a romper la “norma” y convocar a todos los países del continente, pero en esta ocasión procedió de forma por demás vergonzante y guardó la ficha hasta el último momento para salir con el cuento de siempre. La decisión excluyente fue tomada desde el principio, por mucho que a escasas 48 horas del inicio formal de los trabajos de la “cumbre” el embajador en Palacio Nacional Ken Salazar fingiera demencia y asegurara que “todavía no sabemos” qué países asistirían.

David Brooks, corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, los reseñó en su exacta dimensión: “el anfitrión de la Cumbre de las Américas se encuentra atrapado entre América Latina y Miami, y en vísperas del inicio del encuentro programado a partir hoy (ayer) y hasta el día 10 en Los Ángeles, lo que se presentaba por el gobierno de Joe Biden como un festejo de su nueva relación con el hemisferio ahora está en riesgo de ser un posible fracaso vergonzante para un presidente en urgente necesidad de triunfos”.

Entonces, no hay vuelta de hoja: el gobierno estadunidense se negó a que todos los mandatarios americanos participaran y en consecuencia en la mañanera de ayer el presidente López Obrador reiteró que si saben contar, pues que no cuenten con él en Los Ángeles, “porque creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos”, es decir, “la excluyente, la del intervencionismo, la de querer dominar sin razón alguna, la de no respetar la soberanía e independencia de cada país, la de falta de respeto a las naciones y sus pueblos; no puede haber Cumbre de las Américas si no participa todo el continente”. Otros jefes de Estado y de gobierno han procedido en igual sentido.

López Obrador dijo lamentar esta situación, “pero no acepto que nadie se sitúe por encima de las naciones. No acepto hegemonías, porque todos los países, por pequeños que sean, son libres e independientes”. Consideró que la decisión (excluyente) de Joe Biden deriva de “muchas presiones” de “algunos” dirigentes republicanos y demócratas “que tienen que ver con la comunidad cubana en Florida y el resto de Estados Unidos. Tienen mucha influencia, pero actúan con odio y no quieren la hermandad de los pueblos; están haciendo sufrir mucho a un pueblo abnegado y digno como el cubano; les tienen miedo y como vienen las elecciones amenazan de que si se logra una nueva política con Cuba o con cualquier país de América y ellos no están de acuerdo, entonces llaman a no votar por partidos, por candidatos; son de lo más inhumanos, antinmigrantes, autoritarios, intocables; es una situación muy difícil para Biden”.

Entre ese tipo de lacras, el mandatario mexicano mencionó al senador “demócrata” Robert Menéndez (hijo de cubanos), “y si seguimos así, pues seguiremos dependiendo de un señor, de sus influencias, de sus rencores y olvidamos a nuestros pueblos; entonces, están actuando de manera sectaria, traficando con el dolor de los pueblos, sacando provecho, medrando en lo político, en lo económico, y eso no le conviene a nadie, al mismo gobierno de Estados Unidos, al pueblo. ¿Cómo es posible que se mantenga un bloqueo que impide que lleguen alimentos, medicinas?; eso es un tipo de genocidio, de tremenda violación de derechos humanos; ¿por qué mantener los pleitos de la guerra fría?; puede que la cumbre sea un fracaso, pero será culpa de ellos”.

Las rebanadas del pastel

Tal vez sea por el efecto de los productos de belleza que utiliza, pero tras los comicios del domingo, el (todavía) dirigente del tricolor, Alito Moreno, asegura que Claudio X. González Guajardo y sus perritos de Va por México “está firme para la elección presidencial y con los resultados obtenidos hay tiro para 2024”. Tiene razón: la ciudadanía tirará al retrete al junior, al PRIAN y al cascarón del PRD, amén de que es obvio que al campechano le urge una clase de aritmética elemental.