Ciudad de México. Los altos niveles de inflación, así como el reducido crecimiento económico, provocarán un aumento de hasta 2.3 puntos porcentuales de la pobreza en México; es decir, alrededor de 2.5 millones de personas en el país caerían en ella este 2022, proyectó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El organismo parte de que las presiones inflacionarias, atizadas por la guerra en Ucrania, llevarán la proporción de mexicanos pobres a 36.2 por ciento, pero en un escenario extremo podría llegar a 37.2 por ciento, lo que se suma a los riesgos para la seguridad alimentaria.
“Estamos esperando un alza de la pobreza de manera sustantiva en México, Colombia, Paraguay y Brasil. Para México tenemos una proyección de un incremento de pobreza de 1.3 puntos porcentuales si el escenario se mantiene; pero si llega a 2 por ciento como venía hasta marzo la inflación, estaríamos hablando de una subida de 2.3 puntos porcentuales en términos de pobreza, lo cual nos llevaría a aumentos de un millón 600 mil personas a casi 2.5 millones en el escenario extremo”, subrayó Rolando Ocampo, director de la división de estadísticas de la Cepal.
Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Cepal, afirmó que el alza de precios y el menor crecimiento económico en América Latina derivan de una suma de shocks económicos –rezagos estructurales, pandemia, afectación en cadenas de suministro, confinamientos, guerra en Ucrania–, que aumentan el riesgo de pobreza en la región.
“América Latina enfrenta contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que impulsará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7.8 millones de personas se sumarían este año a los 86.4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo”, precisó Cimoli.
Cambio estructural
Jeannette Sánchez, directora de la división de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión, aseveró que para países que exportan materias primas, como energéticos, que enfrentan incremento en la cotización de los commodities, “esas ganancias no se traducen en mejoras para la ciudadanía”.
En tanto, las mujeres no recuperan sus tasas de participación en el mercado laboral previos a la crisis y sufren mayores tasas de desempleo, por lo que las personas en los hogares pobres sufren más los efectos del alza de precios por su mayor consumo relativo de alimentos y transporte.
Durante la presentación del estudio Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania. ¿Cómo enfrentar esta nueva crisis?, Mario Cimoli sostuvo que la Cepal siempre ha afirmado que el crecimiento económico en América Latina, principalmente, debe ser con un cambio estructural, un cambio en la producción, el empleo, en aumentar la masa de trabajo.
“Los cambios estructurales con políticas industriales, económicas, sociales deben de darse en la región, de lo contrario no se puede crecer sin un cambio. En Europa se están haciendo cambios estructurales; en Estados Unidos se están haciendo cambios estructurales. En América Latina no vamos hacia esos cambios y se necesitan apremiantemente”, destacó Cimoli.