Ciudad de México. El único centro de equinoterapia auspiciado por una alcaldía fue cerrado hace cinco semanas con “el pretexto de las autoridades de Miguel Hidalgo de no cumplir con un concepto mercantil, que sólo aplica cuando estás en la vía pública, y nosotros tenemos un espacio y somos una asociación sin fines de lucro”, denunció Tania Gómez, directora de proyectos sociales.

La negativa de las autoridades a retirar los sellos, que significó pagar una multa de 50 mil pesos, señaló, es porque “el director ejecutivo jurídico, Juan Dueñas, quiere que le entregue un escrito de que el centro ya no va a trabajar ahí”.

Dicho escrito “nunca se lo vamos a hacer, pero su actitud ha afectado a más de un centenar de personas que reciben terapias, algunas con capacidades distintas como autismo, cuadriplejia, cáncer o bajo tono muscular”, destacó.

Además, dijo, de los 10 caballos que “están parados y aunque el caballerango les da cuerda, no es lo mismo que trabajen y convivan con los niños; y está lo del pago de salarios al caballerango, a los terapeutas, al personal administrativo y al velador”.

Su intención, consideró, es ampliar la planta recicladora de residuos industriales inaugurada por el anterior alcalde, Víctor Hugo Romo, por lo que ésta ha invadido con varillas, camiones y una caseta para guardar material, el paso de los niños que acuden en sillas de ruedas.

Por ello se ha solicitado al alcalde, Mauricio Tabe, firmar unas bases de colaboración que permitan contar con una puerta de ingreso propia, construir una barda para separar el centro de la recicladora y evitar que su basura sea acumulada en nuestro predio.

En respuesta, comentó, “vinieron y colocaron los sellos y ahora, según nos dijo el jurídico, no podemos firmar dichas bases porque estamos en un proceso legal, sin considerar la importancia de estas terapias para decenas de niños”.

Recordó que el Centro de Rehabilitación Ecuestre Miguel Hidalgo inició operaciones hace 18 años en el deportivo Plan Sexenal, pero hace cinco años fue reubicado a un lado del parque Bicentenario, siendo el mejor en América Latina.