Con la ausencia de actos oficiales en el país, ayer se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente con la advertencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de que, a nivel global, en la actualidad se usa el equivalente a 1.6 planetas Tierra para mantener nuestro actual estilo de vida y los ecosistemas “ya no pueden satisfacer nuestras demandas”.
Con el lema “una sola Tierra”, la ONU advirtió que se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten, la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han llevado a que aproximadamente un millón de especies estén en peligro de extinción, “la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua”.
Indicó que “salir de este atolladero implica transformar nuestras economías y sociedades para hacerlas más inclusivas, más justas y más respetuosas con la naturaleza. Debemos pasar de dañar el planeta a curarlo”.
Agregó que Una sola Tierra es la campaña de este año con la que se pretende “concientizar sobre estas tres crisis, a la vez que se anima y fomenta la celebración, protección y restauración del planeta a través de diversas actividades”.
Aunque en otros años se realizaban actividades específicas en el contexto del 5 de junio, para esta ocasión la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) únicamente divulgó en su página de Internet un comunicado en el que señaló que “el modelo neoliberal de los últimos 30 años apostó por el crecimiento económico sin importar las afectaciones al medio ambiente y a la salud humana”.
Para Xavier Martínez, director operativo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), al mismo tiempo en que confluyen la sequía, el estiaje e incendios forestales, así como los ciclones, lluvias e inundaciones en el territorio nacional, es necesario reflexionar sobre el manejo del agua, “pues no puede seguir siendo vista como un recurso, sino como un elemento indispensable para las comunidades”.
Advirtió que ahora “hay una paradoja que se agrava con el cambio climático”: Oaxaca estaba en estiaje y pasó de no tener nada de agua a las lluvias y sufrir inundaciones; “esos son los escenarios extremos que vamos a ver en próximos años”.
