Lo ocurrido en el país anfitrión de la Cumbre de las Américas en los últimos días debería ser suficiente como para desinvitarlo de su propia fiesta, hasta que logre poner su casa en orden y no represente una amenaza contra los principios de los derechos humanos, las libertades civiles y la misma democracia.
“En un periodo de 10 días, 44 personas fueron asesinadas en tiroteos masivos en el país; un carnaval de violencia que confirmó, entre otras cosas, la cobardía política de amplia parte de nuestro liderazgo elegido, la pretensión delgada de nuestra credibilidad moral, y la farsa de expresiones públicas de simpatía que se traducen en nulo cambio real en nuestras leyes, nuestra cultura o nuestras tendencias asesinas”, resume de manera concisa el articulista Jelani Cobb de The New Yorker.
Diecinueve niños –todos de entre 9 y 10 años– y dos de sus maestras fueron asesinados en la primaria Robb, en Uvalde, Texas. Diez días antes, en un supermercado en Buffalo, Nueva York, fueron asesinados 10 personas sólo porque eran afroestadunidenses. En los dos casos, los asesinos eran jóvenes de 18 años que habían comprado sus rifles semiautomáticos de manera legal. Sus casos no son extraordinarios, en los tiroteos masivos más sangrientos durante los últimos años se emplearon armas legalmente adquiridas. La ley protege a las armas, no a los niños, denuncian activistas.
Pero son los tiroteos masivos en escuelas donde se manifiestan los extremos de la locura de la violencia armada en este país. Y esa locura incluye propuestas de varios líderes políticos ante estas masacres de armar a maestros y recomendar chalecos antibalas como uniforme escolar de los estudiantes.
En este país, más de 311 mil estudiantes han sido expuestos a la violencia con armas de fuego en sus escuelas desde la masacre de la preparatoria Columbine High en Colorado, en 1999, calcula el Washington Post. En 2021 hubo más incidentes de tiroteos en escuelas (42) que en cualquier año desde 1999, y en el año en curso ya se han registrado por lo menos 24.
Los ejercicios para ensayar qué hacer en caso de que una persona armada ingrese a una escuela con la intención de matar se realizan ya de manera rutinaria en 95 por ciento de las escuelas públicas de Estados Unidos, desde kínder hasta la prepa. Los niños desde los cinco años están conscientes de que en cualquier momento podría haber un tiroteo en sus escuelas. Un video de March for Our Lives que se ha vuelto viral ofrece una idea de esta realidad: https://twitter.com/davidhogg111/status/1532039345997332481?s=20&t=yxsg8_3qjLuYjYIqhSHA7g
Ante la parálisis obscena de la clase política, niños y jóvenes, una vez más, se han movilizado para expresar su ira y exigir que los legisladores y otros políticos hagan más que ofrecer sus condolencias y oraciones y venir a visitarlos para consolarlos después de cada tiroteo. “Si muero en un tiroteo, dejen mi cuerpo en las escalinatas del Congreso”, se lee en la pancarta de una adolescente durante una manifestación la semana pasada.
Estudiantes en más de 200 escuelas por todo el país realizaron huelgas, abandonando sus aulas y marchando durante esta última semana, denunciando la falta de acción concreta para imponer mayores controles sobre las armas en el país. March for Our Lives ha convocado a realizar el próximo sábado una movilización nacional, con lo que dicen serán más de 300 marchas por todo el país, incluida la capital.
Es un país cuya cúpula política no puede responder con una reforma de control de armas ante otra masacre de niños, ni puede garantizar los derechos fundamentales de las mujeres, los derechos civiles, ni el elemental derecho al voto; todo, a pesar de que las grandes mayorías están a favor de todo eso. Es un país donde uno de los fundadores de March for Our Lives, David Hogg, sobreviviente de la masacre en su preparatoria en Parkland, Florida, envió un mensaje la semana pasada: “si estás considerando visitar a Estados Unidos, no lo hagas. Tú y tus hijos no están seguros aquí”.
Ese es el país anfitrión que afirma ser “líder” y “ejemplo” para el hemisferio.
Playing for Change. Gimme Shelter.