La curiosa forma de ser de los gatos propició que el diseñador gráfico chileno Alberto Montt lanzara el libro Sólo necesito un gato: Pero no es recíproco, editado por Planeta, una guía para entender, amar y cuidar a los felinos, un homenaje a la raza que desde tiempos inmemoriales impulsó la construcción de pirámides, inspiró a dioses, motivó memes y acompañó a los solteros hasta el fin de los tiempos.

En entrevista, el historietista y artista plástico comparte que “el libro surgió de un juego con mi editor por mi amor a los gatos. Como cuento en el texto, me crié rodeado de ellos, y en una ocasión el editor me comentó que estaba preparando el libro Sólo necesito un perro, y le dije que lo compraría si fuera de gatos; entonces, me propuso hacerlo, pero me dio un plazo de 30 días para meterlo a la imprenta y así salió esto. Fue una experiencia lúdica”.

Montt explica en el libro que vivió rodeado de estos animales; sus tías tenían varios felinos y así empezó a familiarizarse con ellos. En un apartado del texto cuenta la historia de cómo los gatos lograron la domesticación de los humanos y comparte datos curiosos en torno a los mininos, por ejemplo, que pueden tomar agua salada, pero no pueden sentir el sabor dulce.

Al final se incluyen dibujos de gatos realizados por los amigos del ilustrador, entre los que figuran Liniers, Josefina Montane, Laura Varsky, Francisco Javier Olea, Ingesman, Cristian Turdera y Bef.

“La gente los ama o los odia, y eso es divertido, por eso pregunté a varios amigos cuál era su relación con los gatos y si querían dibujarla, y muchos se embarcaron desde el amor profundo y otros desde el total rechazo”, explica Alberto Montt.

El diseñador gráfico, reconocido por sus blog Dosis diarias, asegura que el humor es una forma de ver el mundo: “Muchas veces la mirada sobre lo cotidiano que tienen algunas personas es de humor, es una herramienta muy eficiente para sobrellevar el día a día”.

El historietista comparte que el humor es el parachoque de lo cotidiano, y en su caso el humor gráfico se ha convertido en un salvavidas. “Hay gente para la cual el humor es un pasatiempo y otra para la cual es el espacio desde el cual analiza todo lo que sucede a su alrededor”.

Para Montt, el dibujo ha sido la herramienta que le permite contar las historias que le pasan en lo cotidiano y las que le interesan. “Desde esa perspectiva abarco muchos temas, y a veces pasa como en este libro, que está especialmente dedicado a gatos; en otras ocasiones me gusta explicar, contar desde historias personales, familiares, inventar cuentos.

“La idea de relatar me emociona y el dibujo es una de las herramientas que utilizo, pero me encanta la posibilidad de conectarme conmigo mismo, encontrarme con mi propia historia, con mis intereses, amores y desamores.”

El ilustrador comentó que el dibujo se ha convertido en el lugar donde ordena sus pensamientos: “es como el patio de juegos que me sirve para organizar y reorganizar mi vida. La gente va al sicólogo con ese afán, para poner las ideas en perspectiva y luego modificarlas, cambiarlas y seguir adelante”.

Desde muy chico, explica Montt, “el dibujo fue mi compañía, tenía una hermana mucho más pequeña que yo y no tenía relación con ella; entonces pasaba el tiempo leyendo libros y copiando dibujos, luego eso se convirtió en una forma de expresarme, en una lengua materna, y como resultado se me hace más fácil comunicar mi vida dibujada que, incluso, de forma oral”.

Con Sólo necesito un gato: Pero no es recíproco, Alberto Montt se suma a la lista de autores que han publicado libros protagonizados por los misteriosos e independientes felinos.