“Si tienen pruebas, que las presenten”. Así respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador a los señalamientos de algunos actores políticos y en campañas publicitarias en el sentido de que tiene vínculos con el narcotráfico.
“Que dejen de calumniar. Es muy lamentable, vulgar, bajo (…) Creo que es un asunto de nostalgia y, con todo respeto, de la edad”, enfatizó ayer en la conferencia de prensa en Palacio Nacional al referirse a las voces que con diversas declaraciones han asegurado que tendría un pacto con la criminalidad.
“Tampoco crean que me preocupa mucho, en primerísimo lugar porque estoy muy tranquilo con mi conciencia; y en segundo lugar porque es falso, completamente falso, yo no establezco relaciones de complicidad con nadie –dijo enfático–, por eso puedo enfrentar a la mafia del poder, a los delincuentes dedicados a la violencia, a la delincuencia organizada y a la delincuencia de cuello blanco, sí puedo enfrentarlos.”
El mandatario aprovechó una interrogante en torno a los procesos contra el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, y el mandatario de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, por presuntos vínculos en delitos ligados a la delincuencia organizada para responder a lo que ubicó como calumnias en su contra.
“No puedo comentar nada con relación a los gobernadores porque estamos en víspera de las elecciones. (Pero) quiero responder a un señalamiento que están usando nuestros adversarios con mucha frecuencia, sobre todo en estos días por las elecciones, queriendo confundir, engañar, de que nosotros, yo tengo vinculación con el narcotráfico o con grupos de narcotraficantes. Es muy corriente, muy vulgar todo esto”.
Lamentó que el propio Porfirio Muñoz Ledo, miembro de Morena, haya caído en esas afirmaciones. “Me conoce muy bien y se atreve a sostener que el gobierno tiene vínculos con el narcotráfico. Es un juicio sin fundamento, temerario”.
También habló del ex candidato del PRI a la Presidencia y ex gobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa, quien en una entrevista telefónica hizo declaraciones en el mismo sentido.
“El señor Labastida lo mismo, pero además sin ninguna prueba. Creo que es un asunto de nostalgia y con todo respeto de la edad, por eso yo no puedo seguir una vez que se concluya mi periodo, porque lo peor que puede pasar en la política es que haga uno el ridículo y si uno tiene demasiado apego al poder o se encariña con el poder puede cometer muchos errores. Se tiene un ciclo y estarse en paz. (…) Muestran el cobre. Quienes antes tenían un poco de sensatez, actuaban con prudencia, están desesperados y enajenados u ofuscados por el coraje.”
Cuestionó la autoridad moral del ex secretario de Gobernación durante el sexenio de Ernesto Zedillo, pues “fue promotor” del Fobaproa y recibió recursos de manera ilegal para su campaña presidencial en 2000, caso conocido como Pemexgate.
El tabasqueño también negó haber pactado con Enrique Peña Nieto para llegar al poder, como lo dijo Labastida. Acotó que sólo reconoció al ex mandatario por no intervenir en el proceso electoral, como lo hicieran en su momento Vicente Fox y Felipe Calderón.
En el proceso presidencial de 2006, recordó, además del fraude, hubo una intensa campaña en su contra ideada por los publicistas políticos “mercenarios” Dick Morris (Estados Unidos) y Antonio Solá (España); al primero se le acuña la frase: “López Obrador es un peligro para México”, que tuvo impacto porque “la mafia del poder tenía 99.9 por ciento del control de los medios convencionales”.
“Pero fíjense lo que es el pueblo, mucha pieza, aún con todo y eso ganamos, y tuvieron que hacer el fraude”. Y estimó que su triunfo fue por al menos 5 millones de votos.