Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió ayer su solidaridad a Gustavo Petro –candidato a la presidencia de Colombia–, ya que “enfrenta una guerra sucia” en medio del proceso electoral que se definirá el 19 de junio, el gobierno de Iván Duque acusó al mandatario mexicano de realizar “una injerencia desobligante en los asuntos internos” colombianos.
En su conferencia matutina, López Obrador aseveró que el caso de Petro le causa mucha molestia debido a la campaña en su contra.
“Le mando un abrazo a Petro desde aquí. ¿Y saben por qué lo abrazo? Porque está enfrentando una guerra sucia de lo más indigno y cobarde, todo lo que ya vimos y padecimos en México: ‘Petro, un peligro para Colombia’. ‘Comunista, guerrillero’. ‘Colombia va a ser como Venezuela’, etcétera, etcétera, etcétera. Pero con todo, unidos todos los conservadores, y sin ética, olvidando que la política es un imperativo ético”, dijo.
“Es, de veras, indigna, ruin, y es lo que ya nosotros hemos enfrentado. Yo espero que la gente en Colombia no se deje manipular, que actúe con libertad y que vote por el que quiera, pero no a esa guerra sucia, porque es un menosprecio a la persona, es pensar que el ser humano puede ser manipulable, es un objeto, no un sujeto, y esa es la mentalidad de estos publicistas mercenarios.”
Agregó: “Si alguien ha padecido, y no exagero ni me siento víctima, de esas guerras sucias, es el que les habla, desde hace años. Por eso, ánimo, y hay que tenerle mucha fe al pueblo, confiar en el pueblo, en la inteligencia del pueblo, no hay más que eso”.
Pocas horas después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia manifestó su inconformidad por estas declaraciones.
“Con el mismo respeto que hemos profesado por las instituciones y por el señor presidente de México, le solicitamos respetar la autonomía del pueblo colombiano para escoger a su próximo presidente sin injerencias que traten de influir en los electores”, publicó la cancillería en sus redes sociales.
“Colombia adelanta un proceso democrático con todas las garantías institucionales para los aspirantes a la Presidencia. Tanto los que apoyan a un candidato, como al otro, merecen todo el respeto de la comunidad internacional y de altos dignatarios.”