Guadalajara, Jal. La decisión de Naasón Joaquín García, líder de la iglesia La Luz del Mundo, de reconocer su culpabilidad en tres cargos de pederastia el viernes ante la Corte Superior de Los Angeles, California, causó diversas reacciones en Guadalajara, donde la institución religiosa tiene su sede mundial.
Entre su feligresía hubo llanto y tristeza, como quedó de manifiesto desde la misma noche del viernes cuando se realizó un servicio religioso en el templo principal de la congregación, en la colonia Hermosa Provincia, al oriente de Guadalajara, en la cual los ministros oficiantes reiteraron su confianza en la “inocencia” de García, de 53 años, quien con su decisión evitó ir a un juicio que iniciaría la semana próxima y en la que respondería a una veintena de cargos que incluían presunto tráfico de personas, pornografía infantil, abuso de menores y otros delitos.
Pero también hubo silencio absoluto entre casi todos los integrantes de la iglesia que ocupan cargos en la administración pública tanto estatal como de varios ayuntamientos jaliscienses, quienes llegaron a sus puestos como parte de la cuota política que La Luz del Mundo siempre ha obtenido por apoyar al partido en el poder, en este caso Movimiento Ciudadano.
En Tlaquepaque, donde gran parte del gabinete municipal empezando por la alcaldesa Citlalli Amaya -y el anterior presidente del Concejo Municipal Rafael García y su esposa y ex alcaldesa interina Betsabé Almaguer-, son miembros de la iglesia, se evitó todo tipo de reacción oficial o personal a través de las redes sociales.
Sólo la directora de Cultura -quien el trienio anterior fue directora de Educación también en Tlaquepaque-, Sara Pozos, fue congruente con sus anteriores declaraciones a favor de Naason Joaquín García.
“Estoy profundamente orgullosa de mi padre en la fe, del apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García. Conozco su vida, su integridad, su honorabilidad. La conozco de toda la vida y por eso, principalmente por eso, defiendo su inocencia. Lloro. Lo hago profundamente. Lo hago en donde debo de hacerlo, en el templo. Hoy es tiempo de llorar”, publicó en Twitter.
Tampoco en el ayuntamiento de Guadalajara donde hay una regidora y en el gobierno estatal donde cobran funcionarios que son miembros de la iglesia naasonista, hubo declaraciones públicas ni siquiera a título personal, pese a que durante los tres años en que su líder ha permanecido preso solían publicar su fe y confianza en que era inocente y sostenían que las acusaciones eran calumnias.
Ni siquiera líderes muy conocidos de la iglesia, como su ministro de prensa Eliezer Gutiérrez, o el sitio oficial de La Luz del Mundo, publicaron algún comentario sobre la aceptación de culpabilidad de Naason Joaquín García, aunque sí lo hizo el apoderado legal de la iglesia que presume tener presencia en 50 países, Silem García, quien dijo que a su líder “lo difamaron y era obvia la sentencia anticipada que se tenía”.
Un grupo de ministros de La Luz del Mundo emitió un comunicado interno entre la feligresía por medio de un videochat, en el cual señalaron que “en previsión a un juicio injusto en el cual su caso se convertiría en un espectáculo sesgado que sometería a su familia y a la iglesia a semanas de acoso y acusaciones denigrantes, el apóstol -con renuencia- llegó a una conclusión y tomó una decisión confiando en que la iglesia lo comprenderá, consciente de que la doctrina y la palabra de dios no ha faltado a su pueblo”.
Afirmaron que no fueron respetados los derechos constitucionales del acusado, no se permitió saber quién lo acusa, le impusieron una fianza exorbitante, se cometieron violaciones al debido proceso, se evitó la presencia de testigos a favor mientras a los denunciantes “se les permitió presentarse al juicio sin dar a conocer sus identidades al público”.
“También (decidió declararse culpable) porque sabe lo que ha sembrado en los corazones de la iglesia y porque es plenamente consciente que de haberlo permitido su juicio hubiera sido además de injusto un proceso que únicamente procuraba una prolongación de su prisión, quizá hasta de por vida”.
Con voz quebrada por la aparente emoción, uno de los ministros dijo que la noticia no es agradable para ningún miembro de la iglesia, pero recordó que se trata de un “pueblo de fe, enseñado a orar y esperar” y que la intención de llevarlo a juicio era para “exhibirlo y destruirlo pues nadie probará lo que jamás hizo”.