A escasos dos días de iniciar –si en realidad sucede– la Cumbre de las Américas, la versión oficial sostiene que “en poco tiempo se tomarán las decisiones” sobre la participación en ese encuentro, porque “en Estados Unidos trabajamos en las invitaciones y todavía no sabemos quién va a ir y quién no”, según Ken Salazar, embajador de ese país en Palacio Nacional, versión que como pretexto resulta verdaderamente ridículo, aunque si eso es lo que sucede, entonces el gobierno de Joe Biden de plano se ha ganado una medalla por su ostentosa incapacidad organizativa.
Cuarenta y ocho horas antes de la inauguración, el gobierno estadunidense “no sabe” cuántas naciones del continente participarían, algo grotesco, en el entendido de que ese encuentro multinacional fue consensuado entre los 35 países que lo conforman, de tal suerte que no requieren “invitación” por ser miembros permanentes y activos de ese mecanismo.
Dice el sombrerudo que “todavía no sabemos”, pero eso sí “lo que no va a cambiar es la relación entre México y Estados Unidos, y siempre va a ser buena, porque somos vecinos y debemos trabajar juntos para lo que sea mejor para el pueblo de México, el pueblo de Estados Unidos y los pueblos de las Américas”. Qué cara más dura: si a estas alturas “no sabemos”, entonces que “los pueblos de América” compren un mullido sillón y en él esperen a ver cuándo les toca, siempre de acuerdo con el “criterio selectivo” de los señores del gran garrote.
Salazar subrayó que “los gobiernos estadunidense y mexicano trabajan de manera integrada e importante para que en ambas naciones sean lugares donde se pueda vivir sin miedo”, y lo dijo justo tras la exigencia de su propio presidente: “¡basta de carnicerías en Estados Unidos!; por el amor de Dios, ¿cuánta carnicería más estamos dispuestos a aceptar?”, las cuales, dicho sea de paso, irremediablemente se sucederán en la medida de que no prohíban la venta indiscriminada de armas, desactiven la cultura del odio y la violencia, y le pongan un hasta aquí a la Asociación Nacional del Rifle.
Sólo como referencia, la BBC de Londres documenta que Estados Unidos “es el país con más civiles propietarios de armas de fuego. Se estima que en 2018 había 120.5 armas por cada 100 habitantes, frente a 88 por cada 100 en 2011”). En la última década (con información de la organización Gun Violence Archive) se registraron 3 mil 601 tiroteos masivos en ese país; los homicidios por arma de fuego sumaron alrededor de 20 mil (25 mil adicionales fueron suicidios).
Pero bueno, que “todavía no sabemos”, dice Salazar, pero es un hecho que el presidente Biden y sus buitres no han dejado de chantajear a los gobiernos latinoamericanos y caribeños (¡cómo se atreven!) que han manifestado su inconformidad por las selectivas “invitaciones” a la Cumbre de las Américas, siempre en ejercicio de su política de garrote o zanahoria y, eso sí, “en nombre de la democracia”.
Mientras Biden, a 48 horas de la cumbre resuelve la “ecuación” de las invitaciones, el presidente López Obrador reitera que está en espera de que el gobierno estadunidense “dé respuesta” a su exigencia de no dejar afuera a ningún país latinoamericano y caribeño. Más o menos en el mismo tono que Salazar, el mandatario mexicano dice que “¡no hay prisa! … Vamos a esperar la respuesta de lo que estamos planteando. (En términos de distancia) estamos muy cerca; hay varios vuelos a Tijuana y de ahí en carretera a Los Ángeles, y es hasta la semana que viene”.
Tranquilos, pues, que tiempo es lo que sobra (48 horas). De hecho, López Obrador detalló que “ayer un funcionario de Estados Unidos, muy cercano al presidente Biden, Juan González, habló que todavía no están terminadas las listas o hace falta distribuir algunas invitaciones. Vamos a esperarnos… llevamos muy buena relación, nos caemos bien, nos respetan, nosotros los respetamos y estamos en espera de que se tome una decisión”, algo que no cuadra con lo expresado por el tabasqueño un mes atrás: si no son invitados todos los países del continente, “no acudiré al encuentro”.
Pero con eso de que Los Ángeles está “muy cerca”, pues quién sabe.
Las rebanadas del pastel
Lástima: en pleno declive físico e intelectual, Porfirio Muñoz Ledo se presta a todo tipo de cochinadas bajo el patrocinio de la derecha. Como dice el presidente López Obrador, “lo peor que puede pasar en política es que uno haga el ridículo … Dejen de calumniar, es muy lamentable, vulgar, bajo”. Y el domingo elecciones en seis estados de la República, que apuntan a zapato: todos a votar.