México se mantiene como el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde menor ha sido el encarecimiento generalizado de los energéticos con un crecimiento de 6 por ciento anual en abril, pero esta situación no se reproduce en el costo de los alimentos, donde las alzas promedian más del doble: 12.8 por ciento.
Los datos del organismo muestran que México acumula desde hace meses la tasa más baja en el encarecimiento de combustibles entre los países de la OCDE, en gran parte por las políticas de no cobrar impuestos a la importación de gasolinas en un entorno de alzas generalizadas, pues la inflación promedio en este grupo de países fue de 32.5 por ciento.
En los alimentos el panorama es otro. Estos bienes se encarecieron 12.8 por ciento en abril, al doble que los energéticos, muestra la OCDE. No sólo se encuentra por arriba del promedio de 11.5 por ciento registrado entre los países que conforman la organización, también es el noveno con el mayor aumento de costos.
La más reciente actualización de datos de la OCDE pone en evidencia que la inflación en los países que la conforman sigue registrando las tasas más altas en décadas, impulsadas por el encarecimiento en los precios de los energéticos y alimentos. En abril el avance fue de 9.2 por ciento, por encima del 8.8 por ciento registrado en marzo.
La evolución de los precios varió entre las economías que conforman la OCDE, en nueve de ellas se registraron tasas de inflación de dos dígitos, la más altas en Turquía y Estonia, 70 y 18.9 por ciento; mientras la de México fue de 7.7 por ciento.
El costo general de los alimentos avanzó 11.5 por ciento en el promedio de los países de la organización, el de los servicios 4.4 por ciento y el de los energéticos 32.5 por ciento.