En eso de la delincuencia organizada, más que productiva resultó la autodenominada “generación del nuevo PRI”, presentada en sociedad por el entonces candidato Enrique Peña Nieto como parte de su campaña por la Presidencia de la República. En todo tipo de propaganda (discursos, videos, panfletos) el copetón presumía el “nuevo concepto” de la clase política tricolor, “renovada”, “joven” y, sobre todo, “comprometida con nuestro país”.
Clásica es la foto de Peña Nieto, en el arranque mismo de su administración, con la banda de gobernadores (la mayoría del “nuevo PRI”), todos ellos sonrientes –aunque algunos ya pasados de edad para catalogarse dentro de las juventudes tricolores– y con una enorme cola delincuencial que ni con las artes del photoshop pudo ocultarse. En esa placa aparecían quienes tiempo después fueron imputados por actos ilegales, sometidos a proceso, declarados prófugos de la justicia, extraditados y/o finalmente encarcelados, aunque la pandilla del primer círculo del copetón –como él mismo– se mantiene impune. En esa placa también aparecían panistas y perredistas en igual condición (todos ladrones). Por cierto, Alito no fue incluido, porque sólo tres años después llegó al gobierno de Campeche, pero sin duda también forma parte de esa generación de hampones.
Lo anterior viene al caso, porque ayer finalmente otro “nuevo priísta” fue extraditado a México: César Duarte Jáquez, ex gobernador de Chihuahua, quien en aquella foto aparece pegadito a Peña Nieto, quien, a su vez, es flanqueado por otras tres joyas de la “nueva generación”: Javier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo) y Fausto Vallejo (Michoacán). No muy lejos, Roberto Sandoval (Nayarit), Rodrigo Medina (Nuevo León), Andrés Granier (Tabasco), Egidio Torre (Tamaulipas), Eruviel Ávila (estado de México), Rubén Moreira (Coahuila), Ángel Aguirre (Guerrero, disfrazado de perredista), Gabino Cué (Oaxaca), Graco Ramírez (Morelos) y otras distinguidas personalidades –todas con tufo delincuencial– comprometidas, como EPN, a “mover a México”.
La información de La Jornada (Gustavo Castillo y Arturo Sánchez) dice así: “la Fiscalía General de la República (FGR) trasladó hoy a México al ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, extraditado por Estados Unidos, para que enfrente cargos por peculado y asociación delictuosa, ante un juez del fuero común con sede en Chihuahua” (Por cierto, el avión que los trajo de regreso es el mismo que la autoridad utilizó para trasladar a El Chapo, el delincuente Alonso Ancira y a Emilio Lozoya).
Entre las acusaciones que deberá enfrentar Duarte Jáquez, está “transferencia ilícita de más de 96 millones de pesos (2011-2015) a empresas con sede en Chihuahua, de las que era accionista: Unión Ganadera Regional General División del Norte del Estado de Chihuahua y Financiera de la División del Norte. Gobernó Chihuahua de 2010 a 2016, y fue detenido en Miami en julio de 2020. En los últimos días la justicia estadunidense rechazó otorgar a Duarte el beneficio del procedimiento denominado habeas corpus, que le permitiría continuar litigando la legalidad de su entrega al gobierno mexicano, luego que desde el 8 de noviembre del año pasado una jueza con sede en Florida determinó que la solicitud de extradición cumplía con los requisitos del tratado entre ambas naciones”.
Duarte Jáquez debió ser detenido y procesado durante el gobierno de Peña Nieto, pero la “nueva” Procuraduría General de la República (en este asunto dos procuradores y un encargado de despacho fingieron demencia: Arely Gómez, Raúl Cervantes y Alberto Elías Beltrán) lejos de actuar, dio al ex gobernador todo el tiempo para evadir a la “justicia” mexicana, huir del país y radicarse en Estados Unidos, donde suponía que no lo tocarían.
Seis años después de concluir su mandato en Chihuahua (estado al que también endeudó hasta la coronilla: casi 300 por ciento de aumento en el débito), a Duarte le espera una cómoda suite en el sistema penal del país, en espera de que lo acompañen más integrantes del “nuevo PRI”. Igual comparte el pan y la sal con Emilio Lozoya.
Las rebanadas del pastel
Ayer, el barril mexicano de exportación se cotizó a 110.55 dólares, mientras los integrantes de la OPEP+ decidieron aumentar en 648 mil barriles por día la producción de crudo para atender las súplicas de occidente, al tiempo que las reservas petroleras comerciales y estratégicas de Estados Unidos caen “mucho más de lo previsto”. Bueno, pero ¿no dijeron que el objetivo era Rusia?