Una ola de admiradores de la pintura de Daniel Lezama inundó la sala del Museo de Arte Moderno (MAM) en la que fue abierta, el miércoles pasado, su exposición Vértigos de mediodía. La fila para entrar a ver las casi 40 obras, que abarcan de 1997 a 2022, se mantuvo en constante movimiento durante más de una hora. Se calcula el arribo de casi mil personas.
Las puertas de la sala se abrieron después de que la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, expresó: “Se ha dicho que Daniel pinta la historia de México; sin embargo, nosotros nos sentimos vistos por la historia en su obra”.
Natalia Pollak, directora del MAM, dijo que Vértigos de mediodía –cita tomada de El laberinto de la soledad, de Octavio Paz– es la primera exhibición que aloja la sala recién renovada dentro del Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura. La muestra “descubre la humanidad pintada, imaginada por Lezama, y evoca el dualismo escrito por Paz: lo bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido, lo ideal y lo real”.
Pollak señaló el “diálogo” que Lezama entabló con tres obras del acervo del MAM, al crear un conjunto de ocho monotipos en correspondencia a una carpeta de cuatro autorretratos fotográficos de Francisco Toledo, una escultura en respuesta a un cuadro de Raúl Anguiano y un óleo motivado por una pintura de Roger von Gunten.
La muestra “despliega los puntos de encuentro respecto del papel de la pintura en la narrativa de la historia del arte, y cuestiona lecturas dadas al uso de determinados elementos del imaginario cultural nacional”, indicó.
Para Lezama (CDMX, 1968), la exhibición representa “la culminación de mi carrera en México” en vista de que el MAM es un “espacio consagratorio para un pintor en este país”. Pidió al público ver la obra con “el corazón en la mano” y entender “el amor que irradia”.
Antes de la apertura, el artista dijo que lo suyo es “un trabajo efectivo que se basa en la empatía, la noción de reconciliación de los opuestos que están en conflicto, postura que podría ser vista como inusual en la actualidad. Creo poder inscribirme en una tradición muy escueta, aunque muy real, de conciliadores de la condición pública”.
Vértigos de mediodía permanecerá hasta el 23 de octubre en el MAM (Paseo de la Reforma y Gandhi, primera sección, Bosque de Chapultepec).