La decisión de subsidiar el pre-cio de las gasolinas en esta coyuntu-ra pretende controlar la inflación, que es un impuesto cuyo mayor impacto se siente entre los sectores populares, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Al defender esta política, cuestionó al neoliberalismo que satanizó los subsidios, pero ahora es diferente y, gran parte de 4 mil 500 millones de dólares que México ha captado por el elevado precio del petróleo, se canaliza al control del costo de los combustibles.

Durante su conferencia, rechazó las versiones de que por falta de liquidez, Petróleos Mexicanos adoptó una política para postergar el pago a sus proveedores. Dijo que esta empresa tiene bastante presupuesto y las acciones que se adoptaron fue abrir líneas de crédito en la banca de desarrollo para los que tienen un contrato y quieran contar con créditos. “Vamos a pedirle al director de Pemex que nos aclare sobre eso. Pero no hay problema financiero, al contrario”.

Por otro lado, se jactó que la fortaleza del peso mexicano tiene sorprendidos hasta analistas de Wall Street, pues es la primera vez en los últimos sexenios que la moneda nacional se aprecia respecto al dólar. Con unas gráficas explicó que bajo su administración el peso se recuperó 3.5 por ciento frente a una caída de 42 por ciento con Enrique Peña Nieto, de 17 por ciento con Felipe Calderón y de 21 por ciento con Vicente Fox.

En torno al subsidio a las gasolinas, de nueva cuenta comparó el impacto que ha tenido en la inflación en general, refiriendo que el subsidio al Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS) permitió que el efecto del alza en el precio del crudo sólo fuera de 0.6 por ciento en la inflación frente al 2.5 por ciento en Estados Unidos.

Son políticas diferentes, pero México ha optado por absorber parte del alza en las gasolinas con los ingresos extraordinarios que se han obtenido del precio de la mezcla mexicana de petróleo que se ubica actualmente en 113 dólares el barril.