Una vez que concluya su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador dirá adiós definitivamente a la escena pública. “Cancelo mi teléfono y desaparezco”, aseveró en medio del Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Interrogado sobre las regalías de su más reciente libro, A mitad del camino –que él mismo estima, hasta diciembre, en 3 millones de pesos– y por qué no las reportó en su declaración patrimonial de 2021 ante la Secretaría de la Función Pública, aclaró que corresponde a ingresos de este año, donde sólo percibió su salario como Presidente.
Prometió que cumplirá con ese requerimiento de ley para cuando corresponda declarar dichas ganancias, mismas que le servirán para su retiro y se sumarán a su pensión –por cuatro cargos en el servicio público– que calculó entre 25 mil y 30 mil pesos mensuales.
“El libro –editado por Planeta–, no se enojen, también ofrezco disculpas, porque van a decir que hoy vine tirando aceite, de presumido, es el que más se ha vendido”. Y de inmediato pidió a sus colaboradores un ejemplar, pero el que raudo respondió fue un habitual asistente a las mañaneras: sacó una copia de su mochila y lo pasó al mandatario.
López Obrador continuó: “Este libro ya debe de estar cerca de 500 mil ejemplares, entre 400 a 500 mil ejemplares, es el que hasta ahora se ha vendido más (…) Y hasta diciembre, según las cuentas, quitando impuestos como de un millón 500 mil, me quedaban cerca de 3 millones...”
–Si lo recibió el año pasado, tenía que haberlo declarado –se le confrontó.
–Es que hay un plazo para los ingresos, pero sí lo tengo que dar a conocer –aceptó.
“Ya me estoy preparando porque me quedan al día de hoy dos años cuatro meses (en el cargo). Tengo la firme convicción de jubilarme, nada de retiro parcial y de aceptar invitaciones para ir a dar una conferencia o acompañar en un acto de carácter cultural, social, económico. ¡No! (Ni) la apertura de una campaña, una fiesta donde lleguen políticos, aunque ésta sea de mis hijos, nada, nada, nada. Y pedirles a todos, hasta donde se pueda, y yo cuidarme, que ya no aparezcan ni en fotos. Y cancelo mi teléfono y desaparezco”, afirmó.
–¿Participaría en su partido?
–Nada absolutamente. Ni visitas con propósitos políticos, diplomáticos, ningún cargo. Por eso me tengo que apurar a ver si se sigue vendiendo el libro para que me alcance (…) Uno no debe tener tanto apego ni al dinero ni al poder.
El Ejecutivo agregó que cuando no se puede dominar la tentación de esos dos elementos “se pierde autenticidad”.
Recientemente, detalló, le entregaron su credencial de adulto mayor y para evidenciar que, desde hace años, no maneja tarjetas de crédito ni cuentas de cheques mostró ante las cámaras los bolsillos de su pantalón, que lucían totalmente vacíos.