Ciudad de México. Para fortuna de su lectores, la curiosidad de Paco Ignacio Taibo II (Gijón, 1949) no tiene límites. Lo cual se traduce en que se ha convertido en un experto “acumulador” de historias y narraciones que va pescando por aquí y por allá, de archivos, de bibliotecas y de todo libro que cae en sus manos.
Durante la pandemia sucedió que 13 relatos acerca de personajes “del universo combatiente de la izquierda” maduraron en la pluma del escritor, con una minuciosa investigación detrás, y hoy salen a la luz en el libro La libertad. Trece historias para la historia, publicado por Planeta.
Ahí está, por ejemplo, el rey de Photoshop, ni más ni menos que Iósif Stalin; un actor de cine, héroe de guerra, destinado a sustituir a Bogart; un general zarista que quiso ser Gengis Khan; un tuerto mexicano que dirigió la más exitosa huelga de prostitutas de la historia mundial, y el entrañable maestro del nuevo periodismo latinoamericano, Rodolfo Walsh.
El criterio para elegir los textos que integran el libro “fue escribir sobre el lado luminoso de gente que vivió y murió en la lucha por la libertad. Cuando lo fui armando descubrí que quedaban fuera dos o tres historias que no cuadraban, que era del lado oscuro, se me infiltraron, pero están en el tono de las otras narraciones; decidí que si bien la parte más potente son las historias que tienen que ver con la libertad y los luchadores por la libertad a lo largo del siglo XX, añadí las que quedaban fuera, pues no usé el criterio discriminatorio: las que me gustaron fueron a dar al libro”, explicó el autor en entrevista con La Jornada.
Taibo II considera que la gracia de la historia narrativa “no sólo son las investigaciones sólidas; es decir, puede que no haya absoluta profundidad o más recursos, pero siempre hay que contarlo bien, porque son historias sorprendentes, incluso el caso menos brillante”.
En particular, al escritor le entusiasma hablar sobre Sterling Hayden,“de los caritas del cine estadunidense de los años 30. Los estudios le metieron una lana, lo sacaron de los barrios proletarios de los pesqueros de Nueva Inglaterra y se lo llevan a Hollywood, y que gana la carrera. Pero el cuate destruye esto, no le gustaba el cine ni actuar. No sabe cómo escaparse, su vida es un desmadre.
“Termina de voluntario durante la Segunda Guerra Mundial para pelear contra el nazismo, antes de que Estados Unidos entrara en guerra. Tiene que irse a una escuela de paracaidistas británicos, ahí se fractura una pata. Al final consigue un empleo en el mar Adriático y hace lo que sabe hacer: es piloto de lanchas rápidas, y entonces se vuelve héroe de guerra porque su trabajo era ser contrabandista de armas para la guerrilla yugoslava del Tito comunista.
“En el macartismo se debilita y acepta denunciar a sus compañeros. Se vuelve alcohólico, frecuenta la mariguana con singular alegría, y de repente encuentra un camino de regreso a lo que eran sus ideas. Escribe una novela maravillosa sobre el mundo de los marineros en el siglo XIX, sobre el proletariado del mar en el siglo XIX, y triunfa. Es la historia de un fracaso y un camino de regreso.”
El relato más sólido de todos los que integran el libro, continúa el autor, es el de Vasili Blücher, “el general ruso que con nombres diferentes estuvo en cinco guerras y que terminó asesinado por Stalin poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Es la historia del triunfo y la tragedia”.
El escritor adelantó que tiene comenzados dos o tres libros, “básicamente dos novelas, una que sucede en la España de lo que llaman la reconquista contra los árabes, y la otra es una de mi generación, de la cual tengo ya el título pero no lo digo para que no me lo planchen. ¿Cómo hago para hacer todo? Me aparto los espacios, pero a decir verdad, hace un mes que estoy con problemas de visión y se ha hecho más chico el espacio que tenía (para la escritura de sus libros) porque me limitó la capacidad de leer. Calculo que para agosto o septiembre ya estaré bien”.
El también director del Fondo de Cultura Económica (FCE) consideró que la pandemia “nos golpeó a todos, pero también se abrieron las puertas, como nunca, del trabajo por Internet. Logramos crear clubes de lectura a pesar del confinamiento y crecimos en ese sector. Perdimos la calle, pero estamos comenzando a recuperarla”.
La editorial a su cargo “ha mantenido la política editorial infantil, juvenil y popular. Viene una cadena importante de novedades, lo cual nos va a permitir adelantar el lanzamiento de las novedades de fin de año en la feria del libro del Zócalo, en Oaxaca y en Monterrey; son 25 o 30 novedades fuertes. Estamos en la curva de salida de la crisis”.