El abogado Michael Avenatti fue condenado el jueves a cuatro años de prisión por apropiarse ilegalmente de las ganancias de los libros de Stormy Daniels, la actriz porno que lo catapultó a la fama al representarla en los tribunales y en los programas de noticias por cable durante sus batallas legales con el entonces presidente Donald Trump.

El abogado de California, actualmente encarcelado, conoció su destino en una corte federal de Manhattan, donde el juez Jesse M. Furman dijo que la sentencia significará que Avenatti pasará otros dos años y medio tras las rejas, además de la pena que está cumpliendo, de dos años y medio, por intento de extorsión a la firma Nike.

Avenatti fue condenado en 2020 por amenazar con arruinar la reputación del fabricante de zapatos deportivos si no le pagaba hasta 25 millones de dólares.

Además, el abogado enfrenta un nuevo juicio en California bajo acusaciones de estafar a clientes y otras personas por un valor de varios millones de dólares.

Durante el juicio este año, Avenatti fue su propio abogado e interrogó a su antigua cliente durante horas acerca de sus experiencias a principios de 2018, cuando ella firmó un contrato por un libro que le significó una remuneración de 800.000 dólares. Los fiscales dicen que Avenatti se embolsó ilegalmente unos 300.000 dólares del adelanto que ella debía cobrar por el libro “Full Disclosure”, publicado a fines de 2018.

El libro se publicó cuando la firma legal de Avenatti estaba pasando dificultades financieras al tiempo que él aparecía continuamente en los canales noticiosos de TV por cable, atacando a Trump.

Como su abogado, Avenatti representó a Daniels en demandas que buscaron liberarla de un pago de 130.000 dólares que ella recibió poco antes de la elección presidencial de 2016 a cambio de no revelar un encuentro sexual que ella dijo haber tenido con Trump 10 años antes. Trump lo negó.

Daniels no estuvo en la corte. Su abogado actual, Clark Brewster, habló en su nombre y dijo que era “verdaderamente impactante” que Avenatti intentara presentarse como un defensor de sus clientes durante su declaración.