Para quienes observan de cerca el transcurrir de la administración de Claudia Sheinbaum en la capital del país, la jefa de Gobierno no ha logrado consolidar un equipo que le permita empeñarse en hacer una carrera electoral sin contratiempos de fondo.
No obstante, el análisis también explica que la mandataria puede ser la única garante de que el proyecto de la 4T continúe sin perturbarse, pero no halla mayores respaldos entre quienes hoy están cerca de ella.
El secretario de Gobierno, Martí Batres, no la acompañará porque tiene sus propias ambiciones. Llegado el momento, el funcionario que por todos los medios ha tratado de despojarse de la toga de talibán que se le impuso desde hace mucho tiempo, buscará arribar al Ejecutivo local impulsado principalmente por su ego, así que si Sheinbaum sabe contar…
Omar García Harfuch ha permanecido agazapado, pero hay muchas voces que le proponen ir en pos de la jefatura de Gobierno y, aunque sólo suene a broma, el jefe de la policía –nos cuentan– ya se la ha creído.
Y no se puede pensar en muchos otros integrantes del gabinete porque no se visualiza un equipo que pueda responder a un reto tan fuerte y complejo como la campaña presidencial.
Los ejemplo son obvios. ¿Qué podría hacer el señor Lajous –hoy al frente de la Secretaría de Movilidad– para proyectar una buena imagen de la doctora Sheinbaum o por apoyarla de la mejor manera, si con muchas dificultades logra entender qué pasa en la ciudad?
¿Qué se puede hacer desde el lado de la comunicación si de pronto se desatan entrevistas sin ton ni son que hablan de desesperación más que de la sucesión de un proyecto de gobierno que ha dado resultados en la capital?
Queda poca gente que seguramente está dispuesta a comprometerse con una tarea como la campaña presidencial que viene. La secretaria de Salud, Oliva López, seguramente está en esa lista, lo mismo quien encabeza el DIF local, Estela Damián.
Tampoco habría muchos alcaldes decididos a respaldar la candidatura de la jefa de Gobierno; en cuanto a eso, habrá que arreglar muchos problemas que ahora no son visibles, pero que saldrán a la luz en cuanto se caliente más la arena política.
Por tanto, este parece ser el momento adecuado para que la doctora Sheinbaum construya o reconstruya el equipo que habrá de diseñar las estrategias que aplique. Pero hoy se dice en muchos ámbitos que la jefa de Gobierno está sola. ¿Será?
De pasadita
Tenga mucho cuidado hoy al salir de casa. Los dueños del transporte concesionado pretenden ahorcar la ciudad, más en un gesto del golpeteo contra el gobierno que en la búsqueda de un precio justo por su trabajo.
Recordemos que la gasolina está subsidiada y que ese sería el gasto mayor que hacen los transportistas, quienes por otro lado deberían saber que el aumento en el precio del pasaje significa incrementar el de casi todo, además del empobrecimiento de casi todos.
En otras palabras, aumentar tarifas sería poner en boca del monstruo de la inflación el platillo más preciado, pero también, y eso es grave, buscar la forma de desacreditar los esfuerzos hechos desde el gobierno para evitar que nos coma.
Los transportistas saben que es casi imposible que se les conceda decapitar el trabajo de contención del gobierno, y también saben que con su movimiento lo que se busca es demostrar que esta administración es incapaz de resolver un problema como el que plantean.
La postura de las autoridades parece firme y seguramente será avalada por la población en general; por eso, ojalá no se dejen las decisiones de fondo al secretario de Movilidad, que apenas y sabe de bicicletas.