Para obtener la licencia sanitaria, los fabricantes e importadores de productos de tabaco deberán informar puntualmente –ya no de manera general– sobre las emisiones, componentes, contenidos, aditivos, residuos y otras sustancias utilizadas, los límites permitidos y riesgos conocidos o potenciales a la salud.
Así lo establece el anteproyecto de Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, el cual se encuentra en proceso de consulta en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria. Luego de cinco días no había recibido ningún comentario.
Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) resaltó que en México 16 millones de personas son fumadores y aunque la prevalencia disminuyó entre 2002 y 2016, al pasar de 21.4 a 19 por ciento, las estadísticas indican que el consumo se da en personas a partir de los 10 años de edad. En tanto, el consumo no diario subió en 35 por ciento entre 2009 y 2016.
Este año el lema de la conmemoración es “el tabaco, una amenaza para nuestro medio ambiente”. El INSP refirió estimaciones internacionales, según las cuales desde la década de 1970, el planeta ha perdido mil 500 millones de hectáreas de bosques, principalmente tropicales.
En tanto, el anteproyecto del reglamento también plantea la obligación de los productores para que en la apertura de los empaques de cigarros se mantengan visibles los mensajes sanitarios y pictogramas, lo que ahora no ocurre y provoca que se pierda la medida para desalentar el consumo.
Con la actualización del ordenamiento se emiten las disposiciones regulatorias de la reforma a la ley que entró en vigor el pasado 18 de febrero, en la cual se estableció la garantía de espacios públicos, privados, abiertos y cerrados libres de humo de tabaco.
De hecho, el decreto fijó un plazo de 60 días para que propietarios y administradores de establecimientos o lugares con acceso al público cumplan con esta medida. En su caso, que las zonas exclusivas para fumar se ubiquen al aire libre y alejadas de las áreas de paso de peatones.
Por su parte, el INSP resaltó que la deforestación provocada por el cultivo de tabaco ha contribuido con hasta 20 por ciento del aumento anual de gases de efecto invernadero.
Cada año se cultivan 32 millones de toneladas de hoja de tabaco, para fabricar cerca de 6 mil millones de cigarros. Aparte está la contaminación causada por colillas y dispositivos electrónicos.