San Francisco. Stephen Curry y Klay Thompson, la mejor pareja de tiradores de la historia bautizada como los Splash Brothers, liderarán a los Golden State Warriors en sus sextas finales de la NBA después de pasar 941 días separados a causa de las lesiones.
“Los malos momentos hacen que los buenos sean mucho más dulces”, recalcó un emocionado Thompson hace unos días tras sellar su boleto a las finales ante los Boston Celtics que arrancan mañana 2 de junio.
Este tirador implacable sufrió dos devastadoras lesiones consecutivas que lo tuvieron de baja dos años y medio hasta que en enero regresó a las pistas rodeado de dudas sobre su rendimiento
El 13 de junio de 2019, el escolta se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda durante el sexto partido de las finales contra los Toronto Raptors.
La dinastía de Golden State, tres veces campeón (2015, 2017, 2018) en cinco finales seguidas, con uno de los estilos de juego más espectaculares de la historia, está de vuelta en el máximo escenario después de superar todo tipo de obstáculos en una larga travesía por el desierto.
Por su parte, los Celtics también regresan a las finales tras de 12 años. Los jóvenes Jayson Tatum y Jaylen Brown acaba-ron con las dudas que siempre los han rodeado y se perfilan como dignos sucesores de una larga estirpe de campeones en Boston.
Para Tatum, elegido con el número 3 del draft de 2017, y Brown, mismo puesto de 2016, la clasificación para estas finales ante los Warriors supone su consolidación como una de las grandes parejas del presente en la NBA.
El alero y el escolta se acordaron de sus críticos nada más eliminar el domingo a los Miami Heat en la Conferencia Este.
“Decían que no podemos jugar juntos”, le recordó Tatum a Brown en un emocionante abrazo sobre la cancha de los Heat.