Tres días después del caos en la organización de la final de la Liga de Campeones en París, la indignación no cede en Liverpool, cuyo dirigente exigió el martes disculpas a las autoridades francesas por señalar como responsables de los incidentes a los aficionados británicos, tachados de falsificar más de 30 mil boletos. Tom Werner, presidente de los Reds, molesto, al igual que miles de hinchas del club, que perdió 1-0 frente al Real Madrid, escribió a la ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castera, para quejarse y la misiva fue publicada por un diario local. “Sus comentarios son irrespetuosos con los miles de aficionados heridos física y emocionalmente”, dijo Werner, asegurando haber recibido numerosos mensajes de fanáticos “muertos de miedo” y denunciando “una estrategia consistente en culparlos”.