Recife. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, visitó este lunes las áreas afectadas por lluvias torrenciales en el noreste del país, donde fallecieron al menos 91 personas y continúa la búsqueda de 26 desaparecidos.
"Sobrevolamos parte del área afectada, intentamos aterrizar pero por recomendación de los pilotos resolvimos no hacerlo, dada la inconsistencia del suelo", dijo Bolsonaro en conferencia de prensa junto a una comitiva de ministros en Recife, capital del estado de Pernambuco (noreste).
Al menos 91 personas fallecieron por los deslizamientos de tierra, el colapso de casas o las furiosas corrientes de agua y barro que arrasaron con todo a su paso en Recife y una decena de municipios, entre ellos Olinda, según el último balance oficial.
Los rescatistas estaban en busca de "26 desaparecidos", precisó el gobierno de Pernambuco.
"Lamentablemente estas catástrofes ocurren, un país continental (como Brasil) tiene sus problemas", afirmó Bolsonaro, recordando el reciente período de intensas lluvias que dejó cientos de muertos en los estados de Rio de Janeiro, Bahia y Minas Gerais.
"Estamos tristes, manifestamos nuestro pesar a las familias, el objetivo es reconfortarlas y atender a la población", añadió el mandatario.
El gobierno federal anunció una partida de mil millones de reales (unos USD 210 millones) para asistir al gobierno y los municipios locales con la respuesta humanitaria, el restablecimiento de los servicios básicos y, posteriormente, la reconstrucción de viviendas.
El lunes por la mañana, los bomberos continuaban buscando desaparecidos en la comunidad de Jardim Monteverde, epicentro del desastre.
Bajo un cielo plomizo, rescatistas y limpiadores continuaban trabajando en esta zona escarpada y de casas precarias ubicada en la frontera entre Recife y el municipio de Jaboatao dos Guararapes, donde un deslizamiento soterró el sábado casas enteras y provocó la muerte de una veintena de personas.