Berlín. El grupo alemán Volkswagen, segundo constructor de automóviles a nivel mundial, enfrenta nuevas acusaciones relacionadas con la dictadura en Brasil, ahora por prácticas de “esclavitud” entre 1974 y 1986, informaron este domingo varios medios alemanes.
Según la cadena de televisión pública ARD y el diario Süddeutsche Zeitung, Volkswagen está convocado el 14 de junio ante un tribunal laboral en Brasilia. La justicia local mandó una notificación a la empresa el 19 de mayo.
Un portavoz de Volkswagen aseguró que la empresa tomaba “muy en serio” este caso y los “eventuales incidentes” que se habrían producido “y sobre las cuales se basan las investigaciones de las autoridades judiciales brasileñas”.
Los hechos de los que se acusa al grupo habrían ocurrido entre 1974 y 1986, cuando en Brasil regía una dictadura (1964 a 1986). Empleados del grupo durante ese periodo llevan varios años reclamando indemnizaciones, pero hasta ahora sin éxito.
Las denuncias examinadas por la justicia brasileña alegan que el fabricante de automóviles utilizó “prácticas análogas a la esclavitud” y “tráfico de personas” y acusan al grupo de haber sido cómplice de “violaciones sistemáticas de los derechos humanos”.
En esa época, el proyecto del grupo era construir un gran sitio agrícola a orillas del Amazonas para el comercio de la carne, la “Companhia Vale do Rio Cristalino”.
Para ello, fueron contratados a través de intermediarios cientos de jornaleros y trabajadores temporales para trabajos de deforestación en 70 mil hectáreas de terreno.
Los medios de prensa, que consultaron más de 2 mil páginas de testimonios e informes policiales, señalan que los obreros fueron en ocasiones maltratados por los intermediarios y guardias armados.
Entre los documentos hay testimonios sobre malos tratos a los trabajadores que intentaron escapar e incluso desapariciones sospechosas. La esposa de un trabajador fue violada como castigo, señalan los medios de comunicación alemanes. Una madre afirma incluso que su hijo murió a consecuencia de los abusos.
“Era una forma moderna de esclavitud”, indicó a los medios alemanes el fiscal de Río de Janeiro encargado de la investigación, Rafael García.
Las condiciones de trabajo en el sitio eran inhumanas, “con obreros que tenían malaria, algunos de ellos morían (de la enfermedad) y eran enterrados en el lugar mismo sin que las familias estuvieran informadas”, acusó.
“Aparentemente, VW no sólo aceptó esta forma de esclavitud, sino que la fomentó, ya que era mano de obra barata”, añadió.