Londres. Gran Bretaña se está preparando para una fiesta con tropas montadas, oraciones solemnes y una manada de corgis mecánicos que bailan.

Esta semana, con cuatro días de pompa y pompa, ese país celebrará los 70 años de la reina Isabel II en el trono, en el centro de Londres. Detrás de las bandas de música, las fiestas callejeras y la aparición planeada de la anciana monarca en el balcón del Palacio de Buckingham se esconde un impulso para demostrar que la familia real sigue siendo relevante después de siete décadas de cambios.

“La monarquía no es elegida, por lo que la única forma en que un rey puede demostrar su consentimiento no es a través de las urnas, sino de la gente que sale a la calle”, dijo Robert Lacey, asesor histórico de la serie The Crown. “Y si el monarca aparece en el balcón y saluda y no hay nadie allí, ese es un juicio bastante definitivo, pero cuando se trata de Elizabeth, ha sido todo lo contrario”, agregó.

Los integrantes de la realeza, a veces criticados por no estar en contacto con la Gran Bretaña moderna, quieren demostrar que su apoyo proviene de todas las partes de una sociedad que se ha vuelto más multicultural en medio de la inmigración del Caribe, el sur de Asia y Europa del Este.

Como parte del desfile de jubileo, los bailarines de la comunidad afrocaribeña de Londres se disfrazarán de flamencos gigantes, cebras y jirafas para volver a imaginar el momento de 1952 cuando la princesa Isabel se enteró de que se había convertido en reina mientras visitaba un parque de juegos en Kenia. Otro grupo recordará el matrimonio con el príncipe Felipe en 1947 y celebrará bodas en todo el Commonwealth con bailes al estilo de Bollywood.

El jubileo es una oportunidad para que la realeza demuestre su compromiso con el cambio y la diversidad, algo que la reina ha encarnado mientras viajaba por el mundo durante los últimos 70 años, dijo Emily Nash, editora real de la revista ¡HOLA!

“Ella ha estado en todas partes y se ha comprometido con personas de todos los ámbitos de la vida, de todos los credos, colores y religiones”, dijo Nash. “Creo que es fácil ver, en el tipo de pompa y pompa, tal vez más una falta de diversidad, pero si miras lo que la familia real hace, las personas con las que interactúan, los lugares a los que van, creo que quizá sea un poco injusto decir que no es tan diversa”.

En la tienda de regalos Cool Britannia, a la vuelta de la esquina del Palacio de Buckingham, el jubileo ha llamado la atención del público. Se ha quedado sin paños de cocina Platinum Jubilee, las cucharas y las tazas también han escaseado.

No son sólo los turistas extranjeros los que compran todas las cosas de Elizabeth. Los de todo el Reino Unido también buscan recuerdos del jubileo, dijo Ismayil Ibrahim, el hombre detrás del mostrador.