La Habana., El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ratificó ayer la necesidad de la unidad y el diálogo entre países para enfrentar los desafíos de América Latina y el Caribe, ideas que se expresasron en la 21 cumbre de jefes de Estado y de gobierno Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En su cuenta en Twitter, el mandatario insistió en el llamado en la región “a unir, no a dividir; a sumar, no a restar; a dialogar, no a confrontar; a respetar, no a imponer”. Según el jefe de Estado, urge afianzar mecanismos auténticos de integración y concertación latinoamericanos y caribeños.
“Unidos lograremos defender de forma efectiva nuestra soberanía y autodeterminación, sin injerencias ni presiones externas”, indicó en su mensaje un día después de haber concluido la reunión entre los miembros de la ALBA.
La cumbre, que sesionó en esta capital, denunció en su declaración final que Estados Unidos asume de manera ilegítima el rol de árbitro de la democracia y utiliza el sistema panamericano como instrumento de dominación.
“Retroceso histórico” en Cumbre de las Américas
Los presentes rechazaron la política de exclusión aplicada por Washington de cara a la IX Cumbre de las Américas, prevista para junio en la ciudad de Los Ángeles, y calificaron la decisión de no incluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de “retroceso histórico que lesiona la soberanía de las naciones”.
Díaz-Canel afirmó en esta semana que “en ningún caso” Cuba asistirá a esta cumbre. “Compartimos la posición de los líderes de la región que han reclamado con firmeza que todos tienen que ser invitados en pie de igualdad”, aseveró.
Durante la cumbre de la ALBA, celebrada en el Palacio de la Revolución, el cubano señaló que Wa-shington no es capaz de respetar la diversidad en la región y reafirmó el compromiso de su gobierno con la unidad y la integración de las naciones de América Latina y el Caribe ante la política divisionista lanzada por Estados Unidos.
En el mismo tono tambien intervinieron los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Luis Arce, y de Nicaragua, Daniel Ortega, así como el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit.