El miedo inconfesable de un pítcher abridor es que al primer turno le conecten un jonrón. Es la crítica irrebatible a su trabajo, el signo oscuro de una larga jornada hostil.
En esa ruta de espanto inició Alemao Hernández, quien repitió la reciente mala costumbre en Diablos Rojos del México de empezar con el pie izquierdo, ayer perdieron 5-1 ante Acereros de Monclova y empataron la serie a un juego por bando.
El verdugo fue el estadunidense Keon Broxton, ex pelotero de Milwaukee, Pittsburgh y los Mets, quien en la entrada inaugural voló la pelota por el jardín derecho. Celebró con arrogancia, sabía que lo suyo hacía gran daño en la seguridad del lanzador y del equipo, apenas bajaba al foso se enfundó un sombrero charro tricolor y realizó un baile malicioso, de esos que duelen.
En la segunda entrada todavía lo castigaron con tres anotaciones. Ricky Rodríguez, Rodolfo Amador por roletazo y Keon Broxton produjeron carreras para Monclova ante unos Diablos que se complicaron apenas pisaron el diamante. Y la última lastimaron con una anotación al cerrador escarlata Sasagi Sánchez.
El abridor colorado se fue con una labor de cuatro entradas y dos tercios, con siete impara-bles, cuatro carreras, un jonrón y cinco ponches.
Los Pingos no despertaron sino hasta la quinta entrada, cuan-do timbraron gracias al doble productor del efectivo Juan Carlos Gamboa. Esa fue su única carrera en una tarde de pobre desempeño ofensivo de los Diablos.
Con una importante nómina de peloteros y un mánager estadunidense, Acereros empataron la serie con el sólido trabajo del espigado Eduardo Vera en la apertura, con seis entradas, tres imparables, una carrera, dos pasaportes y seis ponches. El indiscutible lanzador que se llevó el triunfo. En un partido en el que sólo recibieron cuatro hits.
Ahora los Diablos (14-18) buscarán llevarse la serie en el tercer juego ante unos decididos Acereros (16-16) que lanzaron impecables.