Cannes. La sátira social Triangle of Sadness recibió ayer la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes, que en su 75 edición le otorgó al director Ruben Östlund uno de los premios más prestigiosos del cine por segunda ocasión.
El cineasta sueco ya había ganado el máximo honor de Cannes por su película anterior, The Square, en 2017.
“Queríamos que después de la función, la gente saliera del cine junta y tuviera de qué hablar”, dijo Östlund. “Todos estamos de acuerdo con que lo que hace único al cine es que lo vemos juntos. Así que tenemos que guardar algo de qué hablar, pero también divertirnos y entretenernos”.
El segundo premio del jurado, el Grand Prix, se repartió entre el tierno drama infantil de Lukas Dhont Close y la adaptación de Denis Johnson de Stars at Noon de Claire Denis.
El festival reconoció al astro coreano Song Kang Ho como mejor actor por su trabajo en Broker del director japonés Hirokazu Kore-eda, sobre una familia coreana que busca un hogar para un bebé abandonado.
“Me gustaría agradecer a todos aquellos que aprecian el cine coreano”, declaró Song, quien coprotagonizó la película ganadora de la Palma de Oro hace tres años, Parasite (Parásitos) de Bong Joon Ho.
El premio a la mejor actriz fue para Zar Amir Ebrahimi por su interpretación de una periodista en Holy Spider de Ali Abbasi, un thriller de crímenes reales sobre el asesinato en serie de trabajadoras sexuales en la ciudad religiosa iraní de Mashhad. Violenta y gráfica, Holy Spider no tuvo autorización de rodarse en Irán y, en cambio, se hizo en Jordania. Al aceptar el premio, Ebrahimi mencionó que la película muestra “todo lo que es imposible mostrar en Irán”.
Los ganadores fueron seleccionados por un jurado de nueve miembros presidido por el actor francés Vincent Lindon.
El premio del jurado se dividió entre el relato de amistad The Eight Mountains de Charlotte Vandermeersch y Felix Van Groeningen, y EO del director polaco Jerzy Skolimowski, sobre el viaje de un burro por medio de una despiadada Europa moderna.
“Me gustaría agradecer a mis burros”, indicó Skolimowski, quien usó seis asnos en la realización de la película.
El cineasta sueco-egipcio Tarik Saleh se llevó el premio al mejor guion por Boy from Heaven, un thriller ambientado en la mezquita de Al-Azhar en El Cairo.
El premio a la mejor ópera prima, la Cámara de Oro, fue para Riley Keough y Gina Gammell por War Pony, un drama sobre la reserva indígena Pine Ridge de Dakota del Sur realizado en colaboración con ciudadanos oglala lakota y sicangu lakota de las tribus oglala sioux y rosebud sioux.
La ceremonia de ayer puso fin a un festival que intentó resucitar por completo el gran espectáculo anual de Francia, que en 2020 fue cancelado por la pandemia y que tuvo multitudes modestas el año pasado. Hoy, Cannes también se desarrolló en el contexto de la invasión en Ucrania, que provocó protestas en la alfombra roja y un diálogo sobre el propósito del cine en tiempos de guerra.
El año pasado, el thriller francés de terror corporal Titane se llevó el premio, convirtiendo a la directora Julia Decournau en la segunda mujer en alzarse con el trofeo. En 2019, Parasite triunfó en Cannes antes de hacer lo mismo en los Óscar.
Este año, las producciones de Hollywood más grandes en Cannes –Elvis, Top Gun: Maverick, Three Thousand Years of Longing– se proyectaron fuera de competencia. Sin embargo, su presencia ayudó a restaurar algo del esplendor del acto.