El gobierno estadunidense comenzará a aceptar a ciertos migrantes que soliciten asilo a su llegada a la frontera suroeste los últimos días de este mes, aunque siga vigente la regla de salud pública aplicada por la pandemia, conocida como Título 42, para rechazar rápidamente a los migrantes sin la opción de permitirles permanecer en el país en calidad de refugiados, reportó ayer el diario The New York Times.
Con el nuevo proceso, se pretende dar una decisión en meses, y no años, a las solicitudes de asilo de “algunos cientos” de migrantes cada mes, informaron funcionarios.
El efecto de esta política será mínimo debido a que aún aplican fuertes restricciones impuestas durante la administración del presidente Donald Trump y al incremento en la afluencia de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos. Funcionarios indicaron que la intención del gobierno de Biden es ir cambiando la política migratoria estadunidense por fases hasta lograr progresos que, según expertos, podrían ser los más significativos de los últimos 25 años.
El Título 42 se implementó por las autoridades sanitarias durante la pandemia, alegando que su objetivo era frenar la propagación del coronavirus. Un juez federal en Luisiana impidió que el gobierno suspendiera la restricción impuesta por la administración Trump, que niega a los migrantes la posibilidad de solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, y cuya vigencia concluía el 23 de este mes.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas, informó que “los individuos que llenen los requisitos para solicitar asilo recibirán protección de manera más rápida que quienes no”, y quienes no sean sujetos de asilo serán expulsados de Estados Unidos rápidamente en vez de permanecer en el territorio por años mientras su casos se resuelven.
Una de las promesas de campaña de Biden fue mejorar el sistema de asilo, seriamente deteriorado por las medidas de “tolerancia cero” de Trump que resultaron en cientos de familias migrantes separadas de sus hijos en la frontera, en casos en que los niños permanecían en instalaciones inapropiadas para alojar menores mientras sus familiares adultos eran deportados.
En el proceso de expulsión expedita que regirá de ahora en adelante, los funcionarios fronterizos preguntarán a los migrantes si tienen razones para temer si son devueltos a sus países de origen y a quienes respondan que sí se les agendará una “entrevista de credibilidad” para determinar si son candidatos al asilo.
De los más de 700 mil migrantes que han sido puestos en libertad en el territorio estadunidense desde que Biden asumió el poder, la mayoría será agregado a 1.7 millones de personas que esperan juicio en cortes migratorias. Fuera de algunos cientos que se beneficiarán del nuevo proceso de solicitud de asilo, el resto seguirá esperando a que sus casos pasen por el proceso tradicional.