Moscú. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró en conversación telefónica con el canciller austríaco, Karl Nehammer, que son “infundadas” las acusaciones contra su país en las que se le culpa de los problemas mundiales en el suministro de cereales debido a la ofensiva en Ucrania, reportó ayer el Kremlin.
Putin “subrayó que los intentos de culpar a Rusia por las dificultades en el suministro de productos agrícolas en los mercados mundiales no tienen fundamento”, aseguró el Kremlin en un comunicado.
“Se ofrecieron explicaciones detalladas sobre las causas reales de estos problemas, que surgieron por las sanciones antirrusas implementadas por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros”, señaló.
También pidió a Ucrania desminar los puertos “lo antes posible” para permitir el paso de los buques de transporte de grano y acusó a Kiev de “sabotear” las conversaciones con Moscú, según el Kremlin.
La ofensiva rusa en el territorio vecino y las sanciones occidentales por ese hecho y sus consecuencias han interrumpido el suministro de fertilizantes, trigo y otros productos básicos de ambos países, lo que incrementa la preocupación por una crisis alimentaria en todo el mundo.
El jueves, Putin habló con el primer ministro italiano, Mario Draghi y le manifestó que Moscú estaba dispuesto a aportar una “contribución significativa” para evitar una crisis alimentaria si occidente levanta las sanciones.
Rusia, uno de los mayores exportadores mundiales de trigo, dispondrá de 50 millones de toneladas de grano para exportación en la nueva temporada de julio a junio, que se comparan con los más de 37 millones de toneladas de la temporada actual, declaró el ministro de Agricultura ruso, Dmitri Pátrushev.
Mandan gas ruso a través de Ucrania
Por otra parte, la compañía estatal rusa Gazprom suministra desde ayer un volumen de 43.6 millones de metros cúbicos de gas a Europa, a través de Ucrania.
En tanto, el regulador de los medios ruso, Roskomnadzor, indicó en un comunicado que elaboró protocolos de sanciones administrativas contra varias compañías occidentales, entre ellas Google, Apple y Airbnb, que no dieron la localización física de sus bases de datos donde procesan la información de los usuarios rusos.