Guadalajara. Chivas y Monterrey dejaron en suspenso al ganador del título Campeón de Campeones de la Liga Mx Femenil tras empatar 1-1, este viernes en el duelo de ida de la serie efectuado en el estadio Akron.

Esta es la primera ocasión que este trofeo se disputa en el certamen femenil, y el vencedor se conocerá el próximo lunes, cuando se lleve a cabo el partido de vuelta en el estadio BBVA.

Las rojiblancas, recientes campeonas en el torneo Clausura 2022, impusieron condiciones al inicio del encuentro y consiguieron abrir el marcador al minuto 29, cuando Carolina Jaramillo se apoderó del balón tras un pase largo y se enfiló al área, donde después de recortar a Rebeca Bernal y esquivar a su propia compañera Alicia Cervantes, soltó un disparo cruzado para mandar el balón al fondo de la red.

Las dirigidas por Juan Pablo Alfaro tuvieron la oportunidad de ampliar su ventaja al inicio del segundo tiempo, al minuto 48, luego de que Michelle González, de espaldas al marco contrario, alcanzó a conectar el balón con la cabeza para enviarlo a zona de peligro, donde a la portera Alejandría Godínez se le escapó de las manos y finalmente se estrelló en el poste.

Fue hasta el minuto 57 cuando las Rayadas, campeonas en el pasado torneo Apertura 2021, lograron emparejar 1-1 los cartones. En el cobro de un tiro libre, Bernal mandó un potente disparo al centro del área, donde su compañera Christina Burkenroad impactó la pelota con el empeine para encajarla en la cabaña rojiblanca, en esta ocasión custodiada por Celeste Espino y no por Blanca Félix, quien el pasado lunes tuvo una gran actuación en el partido de vuelta de la final del torneo Clausura 2022 ante Pachuca.

No obstante, Espino también se lució ayer con una oportuna reacción para atajar un disparo a quemarropa de Burkenroad, al minuto 78.

En los minutos finales, el partido fue más intenso, pues ambas escuadras se lanzaron al ataque en busca de conseguir la ventaja de cara al duelo de vuelta; sin embargo, ninguna pudo invadir nuevamente el arco contrario y tuvieron que conformarse con un amargo empate.