Las resistencias a las acciones contra la corrupción aún tienen diversas expresiones entre ellas –afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador– “boicots” en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para que salgan mal las cosas y que se acuse al gobierno de la saturación. También se detectaron resistencias en aduanas, donde ingresa un billón de pesos anuales y se tenía concesionada a una empresa que sólo le interesaba el control de lo que pasaba, ni siquiera el monto del contrato para operar.
Durante su conferencia matutina López Obrador informó, además, que aun cuando la empresa Vitol ofreció la reparación del daño por haber obtenido contratos sobornando funcionarios de la filial de Petróleos Mexicanos (Pemex Comercio Internacional) y que revelaron los nombres de estos servidores, se presentó una nueva denuncia ante la Fiscalía General de la República. Consideró que las auditorías en torno a este caso deberán continuar hasta esclarecer lo que sucedió.
Explicó que la empresa enfrentó un juicio en Estados Unidos, donde admitió el soborno a funcionarios de México y alcanzó un acuerdo reparatorio, pero en México estuvo condicionado, por lo que se suspendieron algunas operaciones de la empresa hasta alcanzar un acuerdo que permitiera investigar la corrupción ocurrida.
Revisión en Aduanas
López Obrador abordó diversas aristas relacionadas con resistencias a eliminar la corrupción, como en el caso del AICM, en el que atribuyó el origen del boicot que se registra a las reacciones de quienes habían apostado por el proyecto en Texcoco. Como perdieron mucho dinero en su cancelación ahora están muy enojados y reaccionan de esta manera pretendiendo responsabilizar al gobierno federal de errores en su operación.
“Hay una campaña echándonos la culpa de que hay saturación, si no se atiende pronto a los pasajeros, si se les mantiene una hora, dos horas, pues es culpa del gobierno.”
Otro de los temas fue en el funcionamiento de las aduanas, pues en el pasado se adquirieron equipos con alta tecnología para después subrogar su operación a una empresa con un costo de entre 2 mil y 3 mil millones de pesos. Con la actual administración, añadió, se pidió la reducción del monto del contrato que fue posible bajar hasta 300 millones de pesos.
El presidente destacó que en realidad no les interesaba el monto del contrato, porque el negocio real era el control de lo que pasaba por las aduanas, que ahora son controladas por las secretarías de Defensa Nacional y de Marina, porque por aduanas se obtienen ingresos de un billón de pesos
“Entonces, ¿cómo no voy a ocuparme de eso y cómo les voy a dejar las aduanas a los gobernadores?”, Con el esquema actual se ha obtenido una buena recaudación.