Ringo Starr y retirarse son dos conceptos completamente incompatibles desde la percepción del baterista de 81 años que formó parte de Los Beatles en la década de los sesenta. “Soy un músico, no me tengo que retirar. Mientras pueda sostener estas baquetas, tengo un trabajo. Tal vez toque blues, pero así es como es. Es parte de nosotros los músicos”, detalló el inglés en conferencia de prensa virtual desde el Casino Rama, en Canadá a punto de iniciar su gira por Norteamérica junto a su banda All-Starrs.
“Creó que fui inspirado a los 13, y eso nunca me dejó: el sueño, la alegría, y entonces empecé a tocar. Desde ese entonces sólo he querido ser baterista; estuve en un par de buenas bandas, amo tocar. Regresando hasta mi madre en esta larga línea, en la que empezamos en el grupo de Liverpool a tocar cerca de casa, ella me dijo: ‘sabes hijo, siento que eres más feliz cuando tocas’, y en el interior lo soy, simplemente lo amo”, recordó el músico.
Por eso, Starr todavía se siente emocionado ante la idea de volver a subirse a los escenarios. “Para mí de eso se trata: tocar y tener un público. Hace mucho tiempo nos prensentábamos en bodas, en cualquier lugar que pudiéramos con tal de poder tocar como banda. Fue la primera vez que tuvimos que pasar por esto”, señaló el ex beatle.
Los dos años y medio que pasó sin tocar fueron difíciles para Ringo, pero también lo ayudaron a descubrir otros intereses y habilidades. “Recuerdo los días en que me sentía triste, quería estar afuera, pero no se podía. Y todavía ahora llevo mi mascarilla y hacemos eso, nos tenemos que ayudar”, dijo.
Empecé a pintar
“En la pandemia tenía que hacer algo, además de ir al gimnasio temprano todos los días, así que empecé a pintar”, relató el baterista. Algunas de las obras pictóricas que surgieron del aislamiento del músico fueron llevadas al formato NFT, o Token no fungible, que sirve para crear archivos digitales únicos e indivisibles. Debido a la polémica alrededor del tema, el músico ha sido criticado, razón por la que aclaró que pagó los impuestos de carbono establecidos para dicha práctica.
“Ni siquiera está ahí, es sólo una fantasía en tu computadora. Estoy por ahí viendo mi pintura y ahora otros pueden hacer lo mismo. Así que para dar el siguiente paso, hay algunas que están a la venta, y ese es más o menos el fin de la línea de autobús”, explicó el baterista. Además de incursionar en la pintura, Ringo también tuvo la oportunidad de tocar y componer música en un contexto sui generis para su estilo de vida regular.
Habló también sobre el documental Get Back, que recupera el material levantado en 1969 por Michael Lindsay-Hogg. Pero a diferencia de la edición hecha en la primera película en que el resultado le pareció triste, esta vez Starr disfrutó del resultado. “Era muy estrecho acerca de un sólo punto en su argumento. Eran partes tristes, y yo pensaba: estuvimos riendo, también nos divertimos y tocamos genial, hicimos todo esto en un mes”, explicó.
El nuevo corte, sin embargo, logró complacer al músico. “Creo que fue genial. Peter Jackson hizo un gran trabajo. Al principio estaba mareado, porque pensé que iba a ser un programa de dos horas”, dijo riendo, “es de seis horas. Pero es fácil de ver, incluso si no estuviste en la banda, explicó.
Si bien, el baterista aseguró que recordaba bien aquella época, había una parte de su pasado que deseaba aclarar. “La única cosa por la que estaba jadeante y desesperado, fue cuando hicimos Get Back. Si miras el camino para ponerlo todo junto se trata sólo de rock puro, como…”, interrumpió terminando la idea con el sonido de las palmadas que comenzó a dar contra sus piernas al ritmo de la canción.
“Quería saber cómo llegué a ese roum-taca, taca-tum, taca-tum, que se colaba sólo golpenado la caja. Porque no tenía idea de cómo cambió o en qué momento fue, y dije: ‘lo veré en la película’, pero resulta que las cámaras estaban apagadas cuando hicimos eso”, señaló.
Además de la presencia de las cámaras, el último álbum de Los Beatles tuvo una particularidad respecto a sus otros discos. “La diferencia con Get Back fue que no teníamos canciones con las que empezar. John y Paul siempre tenían un par de canciones con las que empezaba la bola a girar, y esta vez no”, dijo el inglés. De tener la oportunidad de poder ver su pasado como lo hizo en el documental de Jackson, a Ringo le gustaría ver la época en que tocaba con su primera banda, Eddie Clayton, mientras trabajaba en una fábrica y ensayaba en su bodega.
Al hablar sobre el tiempo que Los Beatles permanecieron juntos, el baterista siente nostalgia por la época. “Éramos unos niños cuando empezamos, y conforme continuamos tuvimos esposas e hijos, y paramos de hacer giras, e hicimos grandes discos, y todos tocábamos bien juntos; nos llevábamos bien. Así era y entonces llegó a un punto, ocho años después, eso es lo que me impresiona más, fue momento de dejarlo”, indicó.
A principios de este mes, Ringo Starr recibió un doctorado honoris causa por parte del Berklee College of Music, y a pesar de su enorme éxito como parte de Los Beatles, el baterista admitió tener una concepción poco académica de su labor. “No sé leer música, siempre es un jam para mí, pero tienes que aprender las bases de los instrumentos, siempre creí eso, y hacerlo tuyo”, señaló.
Este mes Starr comienza su gira por Norteamérica en Canadá, en octubre próximo el baterista llegará a la Ciudad de México para presentarse en el Auditorio Nacional.