El Palacio de Minería reabrió sus salas de exhibición con la exposición Tesoros de Egipto, en vista del bicentenario del desciframiento del jeroglífico egipcio por el francés Jean-François Champollion y, por ende, el nacimiento de la egiptología como ciencia; así como el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, y los 230 años la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México como la primera escuela en la materia en el continente americano.
Tesoros de Egipto es una muestra particular porque comprende más de 200 reproducciones físicas, no fotográficas, de iconos de la cultura universal, como la piedra de Rosetta, la máscara de Tutankamón y la barca funeraria del faraón Keops, realizadas por un grupo de “voluntarios” de la Fundación Sophia. Mientras la barca original, con 4 mil 500 años de antigüedad, tiene 67 metros de largo, la reproducción mide cinco. El busto de la reina Nefertiti está impreso en 3D. Son réplicas de piezas diseminadas por muchos museos del mundo.
Víctor Vilar, curador de la exhibición, atribuye la “fascinación” por lo egipcio a que se trata de una de las civilizaciones más antiguas de la historia. Tesoros de Egipto permite “adentrarnos en nuestros orígenes y descubrir que los seres humanos de antaño vivían, soñaban, amaban, tenían los mismos miedos y formas diversas de buscar respuestas a sus inquietudes, como nosotros”.
Además, se trata de una civilización “longeva”, ya que duró más de 3 mil años. Entonces, “tal vez tenemos muchas cosas que aprender de ellos”, apuntó Vilar. Egipto también seduce por su “mundo mágico y los tesoros”. El descubrimiento de la tumba de Tutankamón, por el arqueólogo británico Howard Carter, en 1922, fue un acontecimiento internacional.
El hallazgo del busto de la reina Nefertiti en 1912, por un equipo arqueológico alemán, siempre se ha rodeado de polémica sobre la propiedad de la obra artística. “¿Es de quién lo descubre o de dónde se encuentra? El busto es una pieza que el gobierno egipcio ha solicitado muchas veces a Alemania”, reflexionó el director de la Fundación Sophia. “Que un artista haya escaneado el busto para liberarlo al público en 3D, también generó polémica, porque el Museo Egipcio, en Berlín, donde se encuentra, no quería que la pieza saliera”, comentó Vilar.
La muestra ocupa siete salas de la planta baja del edificio, cada una dedicada a diferentes aspectos del Egipto antiguo, desde la vida cotidiana y el ámbito de la mujer hasta los gobernantes, las deidades y el mundo funerario. En la sala introductoria se alude al momento en que se unen el alto y el bajo Egipto, y se permite la creación de uno de los primeros estados territoriales del mundo, apuntó el curador.
Tesoros de Egipto permanecerá desde el 25 de mayo hasta el 30 de septiembre en el Palacio de Minería (Tacuba 7, Centro Histórico. La entrada es gratuita. La idea es que la exhibición itinere por diferentes sedes de México.